Dos décadas de los últimos entierros en la ciudad

Hoy se cumplen 20 años de las últimas sepulturas que se celebraron en el cementerio de San José y de la inauguración del camposanto de Chiclana

Un anuncio de la época.
Un anuncio de la época.
Diego Joly / Cádiz

23 de enero 2012 - 01:00

Hoy se cumplen 20 años de los últimos entierros celebrados en el cementerio de Cádiz, al mismo tiempo que se inauguraba también la nueva necrópolis mancomunada en Chiclana. El 22 de enero de 1992 el pleno del Ayuntamiento aprobó por unanimidad la suspensión de enterramientos en el cementerio de la ciudad al haberse producido el agotamiento definitivo de su capacidad en el camposanto gaditano.

Aunque fue construido inicialmente en el extrarradio, terminó rodeado de grandes edificios. La inauguración tuvo lugar el 24 de agosto de 1800. Aproximadamente, unas 200.000 personas, gaditanos y foráneos recibieron sepultura en el cementerio de San José.

Habida cuenta de la falta de suelo en el interior de la ciudad, por aquel entonces todavía constreñida por las fortificaciones militares, el Ayuntamiento tuvo que buscar espacio en el extrarradio, en el conocido como camino del Arrecife, que unía la ciudad con San Fernando junto a la iglesia de San José.

En la sesión municipal celebrada el 9 de mayo de 1787, se dio lectura a una Real Cédula que ordenaba establecer cementerios ventilados, en la que también se indicaba qué cadáveres podían sepultarse en las iglesias.

Cuenta el historiador Moreno Criado sobre la obra del religioso descalzo fray Jerónimo de la Concepción, titulada Emporio del Orbe -Cádiz ilustrada-, que "la primera ciudad de España, que dio sepultura a sus difuntos enterrando a sus cadáveres fue Cádiz". Cierto o no, lo que está fuera de toda duda es que nuestra ciudad supo rendir siempre el debido tributo a sus difuntos. Las innumerables batallas que sostuvo a lo largo de su historia para defenderse de saqueadores y las terribles epidemias que sufrió en diversas ocasiones, con un importante número de víctimas, causó un efecto desgarrador en la población, ante cuya adversidad no quedó otra opción que el rendir el debido homenaje a sus muertos, enterrando los cadáveres.

Asimismo, otros consideran que el cementerio fue construido atendiendo a las disposiciones emanadas desde la Corona, que prohibían las inhumaciones en las iglesias, algo habitual hasta la fecha. Pero lo que está claro es que en 1800 más de 8.000 personas murieron a causa de la peste y cuatro años más tarde la cifra se elevó en 2.300, según se refleja en el Manual del Viajero en Cádiz, de Adolfo de Castro.

El día de su cierre para nuevos enterramientos, el cementerio de San José contaba con 23.560 nichos de adultos; 1.526 de párvulos y 7.843 osarios. Había también un millar de sepulturas en tierra (para 5 0 6 cuerpos) y 51 osarios oficiales. Igualmente existían unos 18.000 nichos en propiedad y 139 panteones.

Los archivos municipales indican que el primer entierro fue el de Miguel María Chacopineli.

Al final de la Avenida de Portugal, se construyó a principios de siglo XIX el cementerio británico, que era propiedad de la nación inglesa y que sostenía el consulado inglés de Cádiz. Este camposanto, destinado a la sepultura de los cadáveres de aquellas personas que profesaban religión protestante, tenía un extenso y frondoso jardín con gran arboleda con vista a la vía férrea.

Por otra parte, cuenta Moreno Criado, que el cementerio de esclavos, moros y turcos se encontraba situado en lugar conocido por 'Punta de vaca', lo que hoy son los terrenos del Instituto Hidrográfico. Su construcción fue acordada en el Cabildo Municipal celebrado en agosto de 1696.

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