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Xxv asamblea general de municipios y regiones de europa
No es un político al uso. Su camino a la Alcaldía de Atenas es como a muchos les gustaría, seguramente, hacerlo: decidir presentarse casi por libre, sin pertenecer a partido político alguno, y recibir el respaldo de los ciudadanos. Así lo logró Yiorgos Kaminis hace casi dos años, en noviembre de 2010. Dos meses antes, dejó su cargo como Defensor del Pueblo y preparó la campaña. Ahora, como máximo representante de Atenas le ha tocado lidiar una de las peores épocas que se están viviendo en Grecia, de la que él no esconde que buena parte de culpa la tienen los propios políticos. En su visita a Cádiz para participar en la asamblea de la CEMR, Kaminis no se esconde a la hora de valorar diversos aspectos de la situación actual en Grecia y en Europa.
-No son buenos tiempos para ser alcalde...
-No son fáciles. Malos no, pero sí difíciles de todo punto de vista. En Grecia, además, nos enfrentamos a una crisis económica, social y política. El sistema político está en una crisis profunda. En mi caso, he sido elegido en noviembre de 2010 y llevo funcionando desde enero de 2012. Que aparezca de pronto, que no tenía vinculación política alguna... Yo no tenía programa político, ni equipo político. No tenía nada. Dimití como Defensor del Pueblo y tuve dos meses para la campaña. Por tanto, creo que mi elección como alcalde es una prueba de ese problema político. Un hombre sin experiencia, sin partido, en una ciudad en crisis, con un país en crisis y una Europa también en crisis...
-¿Pero usted se considera entonces político o no?
-Hombre, estoy en el centro del sistema político, pero sin pertenecer a ningún partido. No estoy al margen; mi candidatura estuvo sostenida por cuatro partidos: el socialista, la izquierda democrática, los liberales y los ecologistas.
-¿Cuál es la situación ahora mismo en Grecia y en su ciudad, Atenas?
-Atenas sufre mucho porque condensa la crisis griega. Y las tensiones y violencias políticas también tienen lugar allí. Pero las cosas van a mejor. Mira, antes de ayer (por el martes) hubo una huelga general pero no hubo incidentes serios. Eso es un progreso.
-Habla usted de incidentes. Últimamente, la violencia en torno a la política se repite mucho...
-Nosotros en Grecia tenemos mucha tradición de violencia. Allí tuvimos la última guerra civil de Europa. Y tenemos también muchas experiencias de golpes de Estado. Siempre ha habido una gran convulsión. Pero en Europa, lo que está ocurriendo es que hay mucha gente en paro, desesperada. Además está enfadada, odian a los políticos. El régimen ha perdido su legitimidad, por eso los extremos suben, la extrema derecha y la extrema izquierda. Y hay también un sentimiento de humillación. La gente cree que las medidas que se están tomando vienen impuestas por el exterior, por Europa, y no es así. Tenemos que hacerlo si queremos quedarnos en Europa.
-Pero los políticos tendrán su cuota de responsabilidad en todo esto...
-La más grande responsabilidad pertenecen a los políticos. Ellos han sido los líderes en esa época de riqueza ficticia. Uno de los problemas principales es que no explican a la gente. ¿Y por qué? Porque son los responsables primordiales. Esa es la razón de por qué los políticos son tan odiados.
-La situación parece que es generalizada en toda Europa, según se ha comprobado estos días en la asamblea de la CEMR. ¿Qué impresión se lleva de este encuentro de municipios y regiones?
-Que haya un foro europeo donde los alcaldes y presidentes de regiones podemos encontrarnos, intercambiar experiencias, discutir los temas... es muy importante. Por ejemplo, ver cómo repartir los fondos estructurales de la Unión Europea para las regiones, que se ha analizado en esta asamblea. O también hablar de temas como la descentralización, la democracia o el desarrollo es muy interesante. Además de esto, he podido conocer a otros alcaldes, y eso es una experiencia muy importante y agradable.
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