España y Portugal reclaman auxilio a América desde Cádiz

Las conclusiones del VIII Foro Parlamentario Iberoamericano inciden en la necesidad de "prestar atención a políticas de crecimiento" y al volumen de los "flujos de capital"

Foto de familia de los participantes en el Foro Parlamentario en el patio del Palacio de Congresos.
Foto de familia de los participantes en el Foro Parlamentario en el patio del Palacio de Congresos.
Pedro Ingelmo / Cádiz

27 de octubre 2012 - 01:00

La clausura del VIII Foro Parlamentario Iberoamericano arrancó con la cesión del testigo al siguiente organizador, Panamá. Subió al estrado Abraham Martínez, vicepresidente de la Asamblea de Panamá, un hombre bajito de tez morena que dijo todo lo bien que lo habían pasado en Cádiz y los amigos que habían hecho en estos días, que muchas gracias a la organización por hacerlo tan bien. Así somos los españoles, parecía que sonreía el presidente del Congreso, Jesús Posada. Entonces fue cuando el representante de Panamá tiró de números: Panamá crece a un ritmo del 10%, tiene cerradas inversiones por 55.000 millones de dólares en los próximos cuatro años en un país con un presupuesto anual de 16.000 millones. El 65% de esa inversión es privada. Panamá va como un tiro. "Panama es más que un canal", concluyó. Pío García Escudero, presidente del Senado, miraba al techo. No silbaba, pero podía haberlo hecho, si contabilizaba mentalmente los datos españoles de ese eufemismo que llamamos crecimiento negativo, es decir, no crecimiento. El hecho es patente: América crece; España y Portugal, no.

La 'precumbre' de la Cumbre tenía como hilo conductor la Constitución de Cádiz, sus valores, sus conquistas y sus etcéteras, pero como tal Foro, como guionistas de los temas que los jefes de Estado tienen que tratar en la reunión 'grande', que se celebrará el 16 de noviembre, de lo que se habló fue de economía. Lo demuestran siete de las catorce conclusiones de la redacción final del resumen del encuentro. Es posible que alguien pueda poner en duda la utilidad de estas reuniones, pero también es cierto que marcan una tendencia de la sensibilidades que lo que podríamos llamar la 'comunidad parlamentaria' necesita transmitir en su misión de, como dijo Pío García Escudero, "interés general y servicio público. En el Parlamento está el alma de la democracia, concebida desde, por y para los ciudadanos". Por tanto, legislar a favor de los ciudadanos, no en su contra.

Así, las conclusiones hablan de "la necesidad de prestar una atención especial a las políticas de crecimiento económico (...) apelando a nuestros vínculos históricos, culturales y jurídicos"; "otorgar una especial atención a las pequeñas y medianas empresas que están aprendiendo a internacionalizarse"; "la importancia de un mayor volumen de flujos de capital y de intercambio comercial (...)"; "necesidad de que el crecimiento económico esté basado en el acercamiento constructivo entre gobiernos y empresas"; "políticas fiables y reglas de juego claras (¿YPF quizá? ) y predecibles como única vía por la que contribuir a crear las condiciones para la generación de empleo y bienestar para nuestros ciudadanos"; "mecanismos adecuados de financiación de las infraestructuras dando cabida no solamente a la financiación pública, sino también a la participación del sector privado".

En ningún lugar se menciona, pero España y Portugal están pidiendo oxígeno y el éxito o fracaso de la Cumbre se medirá sólo en esos términos.

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