"La Constitución tiene errores, pero su gran virtud fue el consenso"
La Universidad de Cádiz inviste como doctores 'Honoris Causa' a los siete ponentes de la Carta Magna de 1978 · Pérez-Llorca, Herrero Rodríguez de Miñón y Roca defienden la vigencia del texto en el Oratorio
El mismo escenario donde hace doscientos años se promulgó la Constitución de 1812 acogió en la tarde-noche de ayer uno de los eventos centrales de la celebración del Bicentenario de la Carta Magna gaditana por parte de la Universidad de Cádiz. Un acto que aunó, en ese imponente Oratorio de San Felipe Neri, el reconocimiento a los ponentes de la Constitución española de 1978 con la celebración de la efeméride de nuestra primera Carta Magna. Un acto en el que la Universidad de Cádiz invistió como doctores honoris causa a los siete redactores de ese trascendental texto de cuya aprobación por las Cortes Generales se cumplen hoy 34 años. Pero como manifestó el rector, Eduardo González Mazo, "son las personas, y no las fechas, las que, con sus obras, hacen la historia y construyen las sociedades y sus instituciones". Y José Pedro Pérez Llorca, Miguel Herrero y Rodríguez de Moñón, Gabriel Cisneros Laborda, Manuel Fraga Iribarne, Gregorio Peces-Barba Martínez, Jordi Solé Tura y Miquel Roca i Junyent son las personas que rubricaron una de las páginas más brillantes de la historia de España. Todos ellos recibieron ayer el reconocimiento de la Universidad gaditana, aunque solo los dos primeros estuvieron presentes en el solemne acto. Miquel Roca no pudo acudir por asuntos inaplazables en su agenda. Y el resto recibió la alta distinción in memoriam.
Herrero Rodríguez de Miñón agradeció el reconocimiento, que no quiso personalizar en su figura. "No es a mí a quien se honra, ni siquiera al conjunto de los ponentes, sino a nuestra historia constitucional. Se honra una historia constitucional iniciada en esta iglesia de San Felipe y cuyo más reciente eslabón nos puso en primera línea a los redactores de la Constitución de 1978, bajo el amparo de la corona -no se olvide que el rey es el motor del cambio y es el estrato protector de la democracia-- y con el respaldo del pueblo español". Destacó también que la actual Carta Magna "fue un pacto entre todos los españoles. Un pacto del pueblo con doble identidad, de fuerzas políticas diferentes y de instituciones. Y como todo pacto no puede ni debe ser alterado ni interpretado unilateralmente". Recordó que la finalidad de la Constitución es la "integración", esto es, "la unión de lo plural sin suprimir tal pluralidad ni desgarrar la unión". Y concluyó su discurso afirmando que se trata de "una norma suprema fruto de la decisión suprema de un pueblo soberano".
Pérez Llorca dejó "fluir el corazón" para que fuera él quien guiara su alocución, y señaló el gaditano -tras recordar los versos de Quevedo 'Yo he hecho lo que he podido / fortuna lo que ha querido'- que fue la suerte la que en agosto de 1977 le llevó a encontrarse con esas otras seis personas. "¿Y qué quisimos hacer esa calurosa tarde de agosto? Pues algo sencillo. Intentamos hacer una operación de reestructuración nacional. Intentamos darle a España una institucionalidad democrática. Intentamos instituir un estado social y democrático de derecho asentado sobre una economía social del Estado". "Pero sin duda -agregó-, cometimos errores. La Constitución es una obra humana y tiene errores. Pero su gran virtud fue el consenso". El recientemente nombrado presidente del Real Patronato del Museo Nacional del Prado, consciente de los difíciles momentos que atraviesa el país debido a la asfixiante crisis, entiende que España esté viviendo un momento de "lógica hipercrítica" y que la sociedad esté insatisfecha, "pero no tiremos todo por la borda". "En toda sociedad democrática se critica el funcionamiento del sistema", añadió. El homenajeado concluyó su intervención destacando el papel de los padres de La Pepa, y realizó esta petición a la Universidad de Cádiz: "Cuando pasen todos estos fastos, ya en 2013, bajen al panteón de San Felipe y pongan allí un ramo de flores".
Herrero Rodríguez de Miñón intervino dos veces, una de ellas para ponerle voz a las palabras de Miquel Roca i Junyent. "Suyo es el mérito, suya es la responsabilidad", dijo. Y leyó: "Cuando tantas voces se levantan críticamente contra este proceso y su resultado constituyente, levanto mi voz en defensa de todo lo que esta Constitución representó", apuntando que ha garantizado para España "el período más largo de normalidad institucional y democrática a lo largo del siglo XX". "Podrá en estos momentos argumentarse la posibilidad de su reforma, pero ésta sería imposible si no se diera en el marco de la convivencia y libertad que la propia Constitución marcó como principio definidor de la vida política y social de toda España". "Su espíritu, el de la Constitución, debería seguir vigente e inalterable. Los valores que la hicieron posible pueden y deben seguir marcando nuestro propio futuro".
A las palabras de los tres ponentes constitucionales que siguen vivos, se sumaron las de amigos y familiares de los otros cuatro redactores de esa obra coral ratificada en referéndum por el pueblo español el 6 de diciembre de 1978. Las voces de Carmen Fraga Estévez (hija de Fraga), de Francisco Javier Ansuategui Roig (amigos de Peces Barba), de Juan Cisneros del Prado (hijo de Cisneros Laborda) y de Albert Solé (hijo de Solé Tura) alabaron la labor desempeñada por los homenajeados en aras del bien común y de la consolidación de la democracia. E igualmente lo hicieron las voces de los padrinos de los ponentes, pues no hay que olvidar que la idea de nombrar doctores Honoris Causa a los padres de la Constitución vigente partió de un grupo de siete profesores de la institución académica gaditana. Cada uno de ellos pronunció una laudatio. Sara Acuña disertó sobre Fraga Iribarne; Paco Gala sobre Peces-Barba; Luis Machuca sobre Pérez-Llorca; Guillermo Montes alabó a Miquel Roca; Antonio Lorenzo a Herrero Rodríguez de Miñón; Miguel Ángel Parrón a Cisneros Laborda; y José María Maestre a Solé Tura. Como ejemplo, las palabras de Machuca sobre Pérez-LLorca: "Por su trabajo realizado en la comisión de la Constitución, hoy sabemos que nos encontramos ante un hombre de consenso y diálogo". Un hombre al que definió como "ilustrado gaditano". "Todo un liberal, pero un liberal a la gaditana, como a él le gusta decir".
El rector, que impuso el birrete al gaditano y al madrileño Herrero de Rodríguez de Miñón, concluyó el solemne acto de investidura enalteciendo la figura de estos siete hombres de procedencia social, ideológica y política distintas: "Aparcaron sus diferencias. Insisto, aparcaron sus diferencias para construir un proyecto constitucional común, que ha sido durante los treinta últimos años la garantía para el período más feliz, expansivo, pacífico y de crecimiento de España". "No podemos olvidar ni ser desagradecidos con quienes pusieron todo su empeño y sus fuerzas para dotar a España de un sistema democrático y constitucional que trascendió el momento coyuntural del debate y que llega hasta nuestros días".
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