Los niños del Caído cumplen 50 años
Hoy se reúnen en San Francisco todos aquellos que han cargado los titulares de la cofradía desde que en 1965 veintidós jóvenes crearon una cuadrilla para la Virgen de los Desamparados
Eran otros tiempos. Completamente otros. La Semana Santa no tenía ni de lejos el seguimiento o la constancia que las cofradías demuestran hoy en día. Para sacar los pasos a la calle, las juntas de gobierno tenían que contratar a cuadrillas de cargadores que cobraban un salario por esa labor. Bajo los pasos, el espacio estaba reservado a esos llamados profesionales que lograban reunir cierta cantidad de dinero acumulando horas con el palo al hombro.
En medio de ese escenario irrumpió hace ahora cincuenta años un grupo de jóvenes, que cometieron la locura de formar una cuadrilla para portar a su Virgen, la de los Desamparados, que acababa de ser bendecida, dando entonces lugar a lo que fue la primera cuadrilla de las denominadas de hermanos, hoy perfectamente instaladas en las corporaciones de la ciudad.
Alumnos de San Felipe en su mayoría fueron los que dieron este primer paso en 1965. Hoy, cuando la cofradía conmemora el 50 aniversario de la bendición de su titular dolorosa, algunos de estos primeros cargadores que no cobraron por meterse debajo de un paso tiran de la memoria para revivir aquellos meses del 65. Miguel Ángel Maján (Poleo), Javier González-Santiago (Maganda), Curro Herrero y Curro Torrecillas se convierten en portavoces de ese grupo que inició una auténtica locura bajo los palos.
"En octubre de 1964 llegó la Virgen. Y en el 65 sale a la calle para acudir a las misiones. Fue entonces cuando Bernardo (Periñán) lo propuso y empezamos a formar el grupo", recuerda Miguel Ángel Maján, que a la postre se convertiría en capataz del paso de Desamparados hasta 1993. Su hermano Luis era el único del grupo que en aquellos años había tenido contacto con el mundo de la carga, ya que una vez "salió con los profesionales", apunta Miguel Ángel. Y por eso fue uno de los que más empujó a aquella iniciativa. "Fue uno de los promotores de aquellos", recuerdan esos cargadores.
Decidida la aventura de portar a María Santísima de los Desamparados, en apenas unas semanas (las que transcurrieron desde las misiones hasta el Martes Santo del 65) tuvieron que prepararlo todo. "Estuvimos varios días ensayando con una parihuela llena de sacos de arena en el patio del colegio mayor", recuerdan, apuntando Maján que "una escoba hacía de horquilla" en aquellos ensayos que, cosas de esta ciudad, en los 90 sería objeto de polémica entre 'puristas' y 'renovadores'.
En la conversación con este grupo de cargadores salen muchos apellidos de aquella primera cuadrilla: Rodríguez Villamil, Ortiz Valdés, Martínez Jiménez, Huguet Moya, Álvarez... En total fueron 22 los cargadores que en la Semana Santa de 1965 portaron a la Virgen de los Desamparados. Lo hicieron comandados por Fali Barroso, que se convirtió en el primer capataz, y en un paso en cuyo interior sólo había tres palos. Seis cargadores en cada palo más los cuatro maniguetas.
"Decían que no íbamos a llegar ni a las hermanitas de los pobres. Y lo conseguimos", destaca Maján orgulloso aún hoy de aquella proeza que abrió el mundo de la carga a cualquier persona que quisiera portar a los titulares de su hermandad.
Después de esa experiencia, que siguió los años posteriores, en 1968 les tocó portar al paso del Señor Caído. Y será a partir de 1969 cuando empiezan a sacar ya los dos pasos. A Maganda, Poleo, Torrecillas y Herrero se les dibuja una sonrisa cuando empiezan a recordar anécdotas de aquellos años de joven, de casi niño, en torno al Caído, al Parque y al Colegio Mayor. Como cuando iban las noches del Lunes Santo a recoger las flores del monte del paso del Cristo de la Misericordia para que exornaran también el paso del Caído. O como cuando se llevaron muchos años siendo también la cuadrilla del Resucitado "porque nadie quería cargarlo".
Hoy han pasado cincuenta años de aquello. La cofradía ya no está en el Parque (al menos de momento), el Colegio Mayor lleva años cerrado y los pasos del Caído poco se parecen a los que ellos empezaron a portar en los años 60. Nada menos que 715 cargadores se han metido bajo los pasos del Cristo o de la Virgen, según tiene registrado la cofradía, desde que ellos lo hicieron por primera vez. Y todos ellos están invitados hoy a participar del homenaje que va a rendir la cofradía del Caído coincidiendo con este 50 aniversario de la bendición de la Virgen de los Desamparados. Los niños del Caído que se metieron por vez primera bajo un paso sin cobrar por ello se han hecho mayores; y este mediodía volverán a verse en el claustro de San Francisco, para celebrar este medio siglo de las cuadrillas de hermanos.
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