El domingo se celebra el Día del Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad

La plaza Ingeniero La Cierva acogerá el próximo domingo el Día del Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) en Cádiz, dentro de la VII Semana Europea del TDAH.

La Asociación de Familiares de Niños Hiperactivos de Cádiz (AFHIP) ha organizado una jornada informativa y lúdica para sensibilizar sobre este trastorno.

Los actos comenzarán a las doce de la mañana con la lectura por parte de Rosa Caballero, presidenta de AFHIP, de un manifiesto que recoge las conclusiones del Congreso Nacional de TDAH.

Tras esto, la alcaldesa, Teófila Martínez, y varios niños de esta asociación harán una suelta de globos en la plaza.

Desde las doce y media y hasta las dos y media de la tarde se pondrán en marcha talleres infantiles y se podrá jugar en un futbolín hinchable.

A las cinco se realizará un recorrido en autobús turístico por Cádiz para que los pequeños conozcan la ciudad y a las seis tendrá lugar la clausura de esta jornada.

Rosa Caballero señala que "durante todo el día habrá mesas y stands informativos para aquellos padres que quieran saber más sobre este trastorno. Nosotros podemos ayudarles a tratar a estos niños a nivel educacional y social".

Según la presidenta de la AFHIP, la prevalencia de TDAH actualmente "es muy alta en las aulas y también en adultos". Cifra en un 8% la población activa adulta que sufre este trastorno pero no ha sido diagnosticada.

El TDAH es un trastorno de déficit de atención con o sin hiperactividad que puede ir acompañado de impulsividad y conducta desafiante negativa. Cuando el niño tiene hiperactividad es más fácil reconocer el problema y por tanto diagnosticarlo, sin embargo "si el niño es inatento se detecta más tarde, la mayoría de las veces cuando tienen 11 o 12 años".

Señala Rosa Caballero que un niño correctamente diagnosticado, que tome su medicación, que cuente con el apoyo de psiquiatras, psicólogos, pedagogos y profesores, con la ayuda de su familia y unas pautas marcadas puede llevar una vida perfectamente normalizada.