Santo Domingo, un convento de ida y vuelta para los frailes

Parte de las dependencias han sido transformadas para acoger a religiosos y sacerdotes de edad avanzada · La nueva residencia cuenta con 26 habitaciones y todos los avances geriátricos

El patio claustral, que también va a ser remozado, agrupa ahora  material utilizado en la obra.
El patio claustral, que también va a ser remozado, agrupa ahora material utilizado en la obra.
Emilio López / Cádiz

04 de septiembre 2008 - 01:00

XVII

El convento de Nuestra Señora del Rosario y Santo Domingo, que nació en el siglo XVII como alojamiento de los frailes que iban y volvían de América desde el puerto de Cádiz, va a convertirse en una residencia para dominicos y sacerdotes de edad avanzada o necesitados de asistencia.

A principios del próximo año está previsto que entre en funcionamiento la nueva residencia, con 26 habitaciones, que se empezó a levantar el 21 de septiembre del pasado año a cargo de la empresa Noriega de Sevilla, que en estos días ya ha retirado los andamios que estaban colocados sobre la fachada de la Cuesta de las Calesas, junto al camarín de la Patrona, para facilitar la entrada del material.

Actualmente se está procediendo por la constructora a la retirada de los elementos innecesarios, así como al pintado de las 26 habitaciones, repartidas en dos plantas, la segunda donde hasta finales de los 70 estaba ubicada una residencia de estudiantes, y ahora se está pendiente de la nueva acometida de electricidad.

El prior del santuario, el dominico Pascual Saturio, que resalta el cumplimiento de los plazos previstos por la constructora, destaca que han sido además muy escrupulosos la hora de respetar toda la parte monumental del edificio, desde el zaguán de entrada por el compás de Santo Domingo al patio claustral, la capilla de la Orden Tercera y la escalera mayor, sin que ello haya sido óbice para sanear y reforzar toda la estructura, así como suelos y terrazas, pero evitando posibles sobrecargas.

En cuanto a las habitaciones, cada una con el nombre de un santo de la Orden de Predicadores, unas con vistas a la calle Santo Domingo y otras a la Cuesta de las Calesas, están dotadas de cuarto de baño, armario empotrado, conexiones para teléfono, televisión e internet y aire acondicionado, y sólo están pendientes del mobiliario.

Asimismo, tanto la primera como en la segunda planta de la residencia cuentan con sendos comedores y sala de comunidad, oratorio, acceso al coro, biblioteca común y comunicación mediante ascensor y escalera con la planta baja, donde también se ubicará una enfermería, con despacho para el médico, así como servicios para el personal.

stats