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Orden de actuación

Sacrificios que no tienen recompensa

Después de estar años enlazando contratos en el SAS, dos mujeres consiguen uno de larga duración cerca de sus casas pero no les permiten firmarlo por estar de baja

Las dos mujeres en una fotografía tomada esta semana en el Hospital Puerta del Mar.
Las dos mujeres en una fotografía tomada esta semana en el Hospital Puerta del Mar.
Pilar Hernández Mateo Cádiz

15 de febrero 2016 - 01:00

Se sienten defraudadas, enfadadas, tristes, impotentes... Llevan años haciendo sacrificios para obtener puntos y poder acceder a un buen contrato, y ahora se ven en la calle. Cuando les tocaba renovar, les ofrecieron por fin un contrato de larga duración cerca de casa, pero en ese momento se encontraban de baja laboral y el SAS no les ha permitido firmar.

"Desde el año 92 he estado cubriendo vacaciones de Navidad, verano, Semana Santa, supliendo bajas... ¡lo que salía! Y a veces me llamaban el mismo día para que me incorporara ¡ya!, tenía que dejarlo todo para irme a trabajar. Con el tiempo me fueron haciendo contratos más continuos y por más tiempo, hasta que llegó la crisis y empezaron a aflojar los contratos. Para no quedarme atrás y no perder puntos, me fui a trabajar a Sevilla. He estado dos años allí con contratos de un año. Hasta el 24 de junio de 2015", relata una técnico especialista en radiodiagnóstico que prefiere no dar su nombre.

Se emociona contando que ese día le diagnosticaron dos tumores en un pecho y, desde entonces, está de baja. Su contrato vencía el 31 de enero de 2016 y le llamaron del Distrito Sanitario Bahía de Cádiz-La Janda para ofrecerle un contrato de un año en un centro de salud cercano a su casa. Y fue a firmarlo. "En cuanto me vieron, me dijeron que tenían que consultar con un superior. Éste vino y me preguntó si estaba de baja. Al decirle que sí, me dijo que tenía que consultar con otro superior". Una semana después, le llamaron y le dijeron que estando de baja no podía firmar. "Me llegaron a plantear que me diera un día de alta para poder firmar el contrato, pero yo no estaba en condiciones de darme de alta. Además, ¿qué médico me iba a dar el alta en estas circunstancias?".

Esta mujer señala que quería firmar el contrato para poder incorporarse a trabajar cuando le dieran el alta y así no perder puntos. En el distrito le intentaron tranquilizar diciendo que no iba a dejar de cobrar, pero ella asegura que lo que quiere es "ponerme buena y trabajar, porque me encanta mi trabajo". Su marido opina que "todo el mundo tiene derecho a ponerse malo, y ella tiene una enfermedad grave que no ha elegido. Su profesión es vocacional, se ha volcado en ayudar a los demás y ahora ¿quien la ayuda a ella?".

"Llevo años sacrificándome por una puntuación. Dejando a dos niños pequeños en casa, que tuve que dejar de darles el pecho para irme a trabajar. He tenido que dejar a mi marido malo con los dos niños... ¡Tú no sabes la de lágrimas que he echado yo en el tren yendo para Sevilla! Y al final para nada. Así te pagan tanto sacrificio", afirma esta mujer, añadiendo que siente que la han dejado abandonada después de tantos años de sacrificio. "He perdido un contrato de un año cerca de mi casa y encima dejo de ganar puntos, cuando estaba entre las primeras de la lista en bolsa. Ahora me voy a quedar atrás y puede que ya no me vuelvan a ofrecer este contrato tan bueno que llevaba años esperando. Me parece totalmente injusto".

Dice que sólo pide una cosa: "Que el día del cáncer de mama no me pongan ningún lazo rosa en la solapa porque es muy fácil colgar lacitos rosas. En el SAS dicen que apoyan a la mujer con esta enfermedad pero a la hora de la verdad está demostrado que no es así. Yo les reprocho que no me dejen trabajar porque mi trabajo me encanta", comenta entre lágrimas.

María Jesús Navarro también estaba de baja cuando la llamaron para renovar su contrato por un año, que le vencía el 31 de enero. Sufrió un accidente laboral in itinere al bajarse del coche en el parking del Hospital Virgen de Valme, en Sevilla, donde lleva varios años trabajando. Eso fue el 21 de octubre pasado y todavía no tiene diagnóstico. Desde entonces, tiene que andar ayudada de una muleta. Ella es lavandera planchadora y pinche de cocina, y le ofrecieron un contrato por un año en la lavandería del Hospital Puerta del Mar, que está en Zona Franca.

Esta mujer llegó a firmar el contrato, pero enseguida le dijeron que si estaba de baja, ese contrato no era válido y "lo destruyeron delante mía", afirma.

"Ahora dejo de puntuar. Yo lo que quiero es que todo el tiempo que esté de baja por accidente laboral, que no ha sido culpa mía, me puntúe, como pasa con las embarazadas. Que me hagan un contrato virtual para que cuando me den el alta pueda incorporarme a ese puesto de trabajo. Porque para algo tiene que servir el sacrificio que llevo años haciendo, de levantarme a las cinco de la mañana para estar en Sevilla a las ocho todos los días, dejando mi casa y mi familia, para tener más puntos y conseguir un contrato más digno y más seguro. Y ahora que lo había conseguido, vuelvo para atrás", lamenta María Jesús, quien asegura que "la ley no impide firmar un contrato estando de baja".

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