El frío hace que el albergue municipal sobrepase su capacidad

Unas 40 personas pernoctan en los últimos días en el centro de acogida, que amplía sus plazas para atender la demanda

Un plástico sirve de cobijo a unos sintechos para protegerse del viento, el frío y la lluvia durante las noches de invierno.
Un plástico sirve de cobijo a unos sintechos para protegerse del viento, el frío y la lluvia durante las noches de invierno.
Rafa Burgal Cádiz

18 de febrero 2016 - 01:00

Las suaves temperaturas que han reinado durante los últimos meses hacían prever que el frío no iba a llegar este invierno. Sin embargo, el mercurio ha bajado en los últimos días considerablemente desde que un temporal de viento azotara la ciudad durante el segundo fin de semana de Carnaval. Las previsiones establecían que entre el martes y ayer se iban a dar los registros mínimos más bajos de la presente estación, un vaticinio que se cumplió, según los datos obtenidos por la Agencia Estatal de Meteorología, al situarse el termómetro en 5,3ºC a las 7.20 horas de ayer, nada que ver con los 15,2ºC de mínima que hubo una semana antes.

Ante las adversidades climatológicas, es muy importante el trabajo que se hace con las personas que más sufren al no poder resguardarse bajo un techo. Una acción que depende tanto de las instituciones públicas como desde las diferentes organizaciones que trabajan a pie de calle. En plena campaña del frío, el albergue municipal, situado en la plaza Macías Rete, ha rebasado su capacidad durante los últimos días para poder dar cabida a todas las personas sin hogar que lo necesiten.

Con unas instalaciones preparadas con 26 camas para acoger a transeúntes, el pasado sábado, el día en el que más se notó el temporal de viento, pernoctaron en el centro municipal 43 personas. Por su parte, el domingo, en el que también se notó la virulencia del viento, durmieron allí 42 personas, mientras que el lunes hubo 40 y el martes, que fue la noche más fría, acogió a 39.

Una bajada mínima en el número de plazas ocupadas en el albergue que se debe a que el viento ha amainado durante estos días, por lo que, a pesar del frío, la sensación térmica en las calles es menor aunque el termómetro diga todo lo contrario.

Fuentes municipales explicaron que la filosofía que se está siguiendo durante la campaña del frío, que se activó en diciembre, es "ofrecer resguardo" a todos los sintechos que lo necesiten en las peores noches del invierno, a pesar de que estén ocupadas todas las camas, para que, por lo menos, no tengan que sufrir las inclemencias meteorológicas. Por ello, antes de dar la entrada a más personas se consulta con Caballeros Hospitalarios si cuenta con plazas disponibles -que son unas 15- para recoger a los transeúntes que lo requieran. Si no tuvieran camas, se quedan en el centro de acogida municipal, aunque tengan que dormir en sillones, pero siempre en un lugar cerrado. Además, se les ofrece tanto la cena como el desayuno.

Ante la noche más fría del año, la organización Calor en la Noche, perteneciente a la Obra Social La Salle-Viña, realizó una salida especial el martes con dos equipos formados por siete voluntarios en Cádiz y uno en San Fernando para ofrecer ropa de abrigo, mantas y sacos de dormir. La entidad atendió en la capital a 33 personas. Por su distribución, en el centro de la ciudad encontraron a 18 transeúntes, mientras que en extramuros entregó materiales a 15 sintechos.

El presidente de Calor en la Noche, Manuel Mení, explicó que las zonas del centro en las que actuaron en su primera intervención extraordinaria de la campaña del frío fueron la playa de La Caleta, la plaza de las Tortugas, la plaza de las Flores o Entrecatedrales. La apertura de los albergues para un mayor número de personas ha provocado que sean menos los transeúntes que durmieron en la calle el martes. Sin embargo, todavía hay algunos que prefieren la calle, ya que, tal y como argumentó Mení, "hay muchos que no quieren dejar el sitio que tienen". Con todo, la entidad se encuentra preparada para volver a salir si se volviera a repetir una ola de frío.

Por su parte, Chari Urbano, voluntaria de la asociación, trabajó en el equipo que recorrió extramuros, que se desplazó por las estaciones de bus y tren, las Puertas de Tierra, el Paseo Marítimo, Cortadura o la Zona Franca.

Aunque en su ruta atendió a 15 indigentes, Urbano resaltó que "buscamos a personas por sus zonas habituales y no las encontramos. Esto no quiere decir que hayan estado en el albergue, sino que han buscado otros sitios que no conocemos" para resguardarse del frío. En cuanto a la reacción a su ayuda, contó que "la mayoría se sorprendió gratamente. Nos dijeron que éramos la alegría de la noche". Una reacción que se debe a que la acción de una entidad como Calor en la Noche no consiste solo en entregar ropa de abrigo, sino también en ofrecer compañía en una noche que se hace dura.

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