¿Qué pasa con la estación?

Cuatro claves que mantienen cerrada la nueva terminal de autobuses en la Avenida de Astilleros pese a estar construida desde finales de 2015

Interior de la estación de autobuses, completamente equipada y terminada pero sin poder abrir por falta de suministros.
Interior de la estación de autobuses, completamente equipada y terminada pero sin poder abrir por falta de suministros.
Pablo-Manuel Durio Cádiz

15 de junio 2016 - 01:00

El asombro saltó la pasada semana. Cuando todo apuntaba a que unos meros trámites burocráticos mantenían cerrada la nueva terminal de autobuses, el delegado del gobierno de la Junta en la provincia, Fernando López Gil, soltó la bomba: la estación no puede abrir, entre otras cosas, porque actualmente no cuenta con las acometidas necesarias para los servicios de luz y de agua (que debía habilitar el Ayuntamiento, según los acuerdos de las múltiples reuniones que en torno al fallido Plan Plaza de Sevilla se han mantenido). La respuesta municipal no se hizo esperar, culpando a la administración autonómica de la parálisis del equipamiento levantado en la Avenida de Astilleros.

La Junta culpa al Ayuntamiento de la situación, y viceversa. Todo ello con Adif de por medio. ¿Pero qué ocurre realmente en la estación de autobuses? ¿Por qué se mantiene cerrado un equipamiento construido a finales de 2015 y muy necesario para el transporte interurbano? De la mano de los técnicos que han construido la terminal, este periódico conoce las claves que mantienen cerrada la nueva terminal.

Instalación eléctrica

Es el primer abastecimiento que de manera sorprendente se supo hace unos días que aún no había llegado a la estación. El levantamiento de una arqueta en la puerta de la estación despeja cualquier duda que en torno a esto se ha generado en los últimos días: los tubos en cuyo interior deberán ir los cables del suministro eléctrico están debidamente habilitados hasta esa arqueta; pero los cables brillan por su ausencia.

Según explican los técnicos de la obra, el Ayuntamiento realizó en su día el trabajo necesario para conectar la red eléctrica (que discurre por la acera de enfrente de la terminal en la Avenida de Astilleros) con la estación. Pero tras la obra civil que permitió llevar esos tubos que protegen el cableado falta el último trámite: llevar esos cables hasta la puerta de la estación y conectarlos con el contador eléctrico que ya está perfectamente dispuesto.

Abastecimiento de agua

Ha sido esta misma semana -la última polémica en torno a la terminal estalló la pasada semana- cuando se ha finalizado la construcción de una boca de riego que permitirá conectar la estación a la red de abastecimiento de agua. Y a pesar de hacerse esa obra esta semana, resulta que el punto de conexión lo ha construido el Consistorio a unos cien metros de distancia del acceso a la terminal de autobuses.

No obstante, los técnicos de la Junta indican que será la administración autonómica la que se encargue de conectar esos cien metros que le ha faltado al Ayuntamiento para dotar de suministro de agua a la terminal.

Servicio telefónico

Es el tercer abastecimiento que le falta a la nueva estación, comprometido también por el Ayuntamiento en el último acuerdo alcanzado entre las administraciones implicadas en el proyecto. En este caso, los técnicos señalan que no se ha realizado ninguna obra, estando todavía pendiente, por tanto, que la instalación telefónica que, al igual que la eléctrica, recorre la acera de enfrente a la estación (la que colinda con los astilleros) tendría que ser llevada hasta la puerta de la terminal.

El ascensor

La última clave que explica la situación de la estación de autobuses es el polémico ascensor. Apenas diez metros separan la conexión de este equipamiento con la estación ferroviaria y uno de sus ascensores. Aún así, Adif no ha permitido el uso de ese ascensor por los usuarios de la estación de autobuses, lo que ha obligado a la Junta a ampliar el proyecto original para instalar un ascensor, que se colocará justo entre los dos edificios, casi pegado al elevador de Renfe que no pueden utilizar los usuarios de los autobuses.

El nuevo ascensor ya está comprado a la espera de ser instalado, pero para ello necesita que se materialice un convenio que Adif exige para que las dos partes asuman el desgaste que propiciará en la instalación ferroviaria el tránsito de pasajeros de la estación de autobuses. Ese documento informaba Adif el otro día que lo tiene la Junta desde hace un par de meses. "El convenio se está estudiando jurídicamente, porque es algo que no estaba previsto y están viendo ahora quién tiene que ser el responsable de la Junta que firme ese convenio con Adif", explica al respecto la delegada territorial de Fomento y Vivienda de la Junta en Cádiz, Gema Araujo.

Precisamente, para la delegada autonómica la quinta clave sobre la que giran las cuatro anteriores es "la falta de voluntad de las partes". "Había un convenio claro firmado por todos, pero cuando nos ponemos a trabajar, el Ayuntamiento manifiesta su incapacidad de asumir lo comprometido y Adif ve rotas sus expectativas y llega a plantear la ruptura del convenio para hacer uno nuevo. La Junta es la única que ha cumplido con el convenio, asumiendo incluso lo que no le correspondía", manifiesta Gema Araujo, recordando que además de construir la estación ha sido la administración autonómica la que ha asumido la urbanización del entorno, lo que ha supuesto una inversión cercana a los dos millones de euros.

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