El abogado del Nazareno
Gaditanos de perfil. José Luis Suárez Villar
Desde 1962 ejerce como jurista y aún sigue activo
PUEDE que sea el abogado en ejercicio más veterano entre los que acuden a los Juzgados de Cádiz. Y en el mundo de las cofradías se le puede considerar entre los dirigentes más expertos y fiables.
José Luis Suárez Villar (Cádiz, 1938) vivió su infancia en un piso de la calle Sagasta, número 23. Creció como hijo único. Su padre, natural de La Línea, era funcionario municipal y también trabajaba como operador de cine en el Teatro Falla. El abuelo paterno vino para trabajar como aparejador y profesor de inglés en la Academia Naval. Su abuela paterna, Amelia Podestá, procedía de Gibraltar, aunque era oriunda de Italia. Por el lado materno, la madre y la abuela de Suárez Villar eran gaditanas, aunque el abuelo procedía de Arzúa (La Coruña).
José Luis entró en el Colegio Alemán con apenas dos años. Al cumplir los cuatro, pasó al antiguo colegio de las Carmelitas, en la calle Cánovas del Castillo. Allí estuvo hasta 1945, el año en que hizo la primera comunión y se incorporó al colegio de San Felipe Neri. Estudió 11 años con los Marianistas, entre los colegios del centro y Extramuros.
Cursó Derecho por libre en la academia que tenía Miguel Fernández Melero con el teniente fiscal Alfredo Salvador Bosque. Considera Suárez Villar que tres personas marcaron su formación: la hermana Antoñita Fernández Valera en las Carmelitas, don Alfredo Colorado en los Marianistas y don Alfredo Salvador en su preparación para la abogacía.
En 1961 se licenció en Derecho por la Universidad de Sevilla y comenzó a trabajar como pasante en el despacho de José Antonio Pérez Díez de Velasco, que estaba en la plaza de Topete. Juró como abogado en 1962 y se quedó en el despacho, en régimen de colaboración, con José Antonio Pérez y su hijo José Ramón, hasta 1982. Fue ese año cuando montó su bufete en la Avenida Ana de Viya, 18.
Allí sigue en activo, trabajando con sus hijos José Luis y Carlos, que han continuado la vinculación jurídica. Aunque se ha ocupado de casos muy importantes y variados, lo que más ha cubierto es Penal y también Civil, así como el asesoramiento a empresas.
Desde 1977 ha simultaneado el ejercicio profesional con la actividad docente. Fue profesor de Derecho Mercantil en la Escuela de Estudios Empresariales hasta 1991. Una vez convertida en Facultad, fue profesor de Régimen Jurídico del Mercado hasta 1998.
También ha estado muy vinculado a la directiva del Colegio de Abogados de Cádiz, en el que ha sido bibliotecario, diputado y vicedecano con Julio Ramos. En 1987 colaboró en la fundación de la Escuela de Prácticas Forense, de la que fue director hasta 1995. Impartió prácticas de Derecho Penal y Mercantil y fue profesor de Deontología Profesional desde 1997 hasta el curso pasado. También ha sido delegado de la Mutualidad de la Abogacía en Cádiz.
En junio de 2009, el Consejo General de la Abogacía le concedió la medalla al mérito del servicio en la profesión. Recibió un homenaje junto a otros dos ilustres letrados gaditanos: José Antonio Gutiérrez Trueba y Julio Ramos.
Suárez Villar nunca se sintió tentado por la política. O se retiró a tiempo. Asistió a la constitución de la Alianza Popular, de Manuel Fraga, en Madrid, y llegó a figurar en la lista de las primeras elecciones democráticas de 1977, aunque en un puesto "de relleno". También lo incluyeron otra vez en un puesto secundario. Pero se dio de baja en AP cuando sustituyeron a Fraga por Hernández Mancha.
En su larga trayectoria profesional, ha sufrido el problema de la dispersión de sedes judiciales en Cádiz. Destaca el esfuerzo de los jueces, a pesar de la falta de medios personales y materiales.
Ha vivido múltiples hechos curiosos. Entre ellos, se queda con uno, ocurrido en 1963, cuando le tocó defender, como abogado de oficio, a un joven de San Roque, al que le pedían cuatro años de cárcel por un delito de lesiones. Consiguió que sólo le pusieran una multa por falta. El 7 de enero de 1964 el joven se presentó en el despacho junto a su novia y su padre. Aunque el turno de oficio era gratis, le quisieron agradecer su gestión con un regalo: cuatro décimos de lotería. José Luis se quedó con dos y le devolvió los otros dos a la familia. Con esos décimos ganó 50.000 pesetas, que invirtió en su primer coche: un Seat 600 de segunda mano, el CA 21180.
Ese coche recorrió muchos kilómetros en sus frecuentes viajes a Córdoba para ver a su novia, María del Carmen Barragán. Se casaron el 19 de mayo de 1965 en la parroquia de San Miguel cordobesa. El matrimonio ha tenido cuatro hijos: José Luis, Jesús, Mamen y Carlos. Pasaron por el duro trance del fallecimiento de Jesús, en 2008, a los 40 años, después de padecer una larga enfermedad. Tienen ya siete nietos.
Suárez Villar es uno de los más reconocidos cofrades gaditanos. Empezó a salir de monaguillo en 1942, cuando aún tenía tres años. Se vinculó gracias a Fernando García Pro. Tanto le gustó que es hermano desde 1944. Ese año se estrenó la nueva Virgen de los Dolores, de Juan Luis Vassallo, y salió por vez primera como penitente en el cortejo de la Virgen. Desde entonces ha salido, excepto en 1995. Después lo dejó, por sus molestias en las piernas, pero volvió en 2012 y ha seguido.
Entró en la junta del Nazareno en 1959 y estuvo hasta 2003. En ese periodo ha sido consiliario, secretario, mayordomo y hermano mayor durante 12 años (desde 1987 a 1999). Vivió logros importantes, como la realización del paso del Señor. Destaca que fue una decisión de consenso, ya que querían conservar el estilo del anterior paso de Antonio Accame, así como los angelitos y los faroles. Considera Suárez Villar que el paso ha cumplido muy bien las funciones que pretendían. Y cree que la gente ni siquiera se fija en el paso, porque todos los ojos van directos al Nazareno. El paso se estrenó en 1989. Entonces comenzó la costumbre de que el alcalde, Carlos Díaz, acudiera a entregar el bastón de mando, que había donado un hermano. Teófila Martínez continuó esa costumbre.
En 1991 y 1992 celebraron el IV Centenario fundacional de la cofradía del Nazareno, con traslado a la Catedral para un triduo. Antonio Murciano pronunció un pregón en el Ayuntamiento. Precisamente, Suárez Villar fue pregonero de la Semana Santa de Cádiz en 1998. Perteneció dos veces a la junta del Consejo de Cofradías: como contador con Enrique Láinez y vocal con Rafael Corbacho.
Ha ocupado diversos cargos directivos en el fútbol gaditano, aunque nunca en el Cádiz CF. Fue secretario del Balón, con Pedro Fernández, entre 1959 y 1963, así como asesor jurídico hasta 1973. También fue presidente del Comité de Competición de la Federación Gaditana y delegado de la Federación Andaluza de Fútbol en Cádiz (desde 1977 a 1979).
Aparte de eso, siempre ha colaborado. Ha sido vicepresidente de los Caballeros Hospitalarios. En el Ateneo ingresó en 1991, con la conferencia El jurado: todo por hacer. Es vocal de la junta del Ateneo. Asimismo es socio del Casino Gaditano desde hace 54 años.
Suárez Villar es conocido por todo Cádiz. Pero no por casualidad, sino porque durante muchos años ha sabido ejercer su profesión, su compromiso y su amistad con generosidad y altura de miras. Sin vanidades. Con el reconocimiento de que es un hombre de bien y una persona coherente.
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