Gonzalo Córdoba, Premio Nacional al Mejor Empresario Hostelero
El galardón reconoce la labor de toda una vida dedicada al mundo de la gastronomía
A nadie le amarga un premio. Y en esa edad en que los recuerdos empiezan a ganar por goleada a los anhelos, recibir reconocimientos a nivel nacional debe suponer una inyección de moral, una bola extra de autoestima, una racha de viento en la espalda para seguir avanzando en la vida con la sensación de haber hecho un buen trabajo. Porque Gonzalo Córdoba Gutiérrez ha sido galardonado con el Premio Nacional de Hostelería al Mejor Empresario en reconocimiento a su larga trayectoria.
Gonzalo conoció que se le había concedido este premio en la noche del pasado domingo, cuando recibió en su casa de Sevilla una llamada de Antonio de María, presidente de Horeca, asociación que había sido la encargada de presentar la candidatura del propietario de El Faro a estos galardones que cumplen este año su décima edición. Posteriormente fueron sus hijos, José Manuel y Maite primero, y posteriormente Fernando, quienes se pusieron en contacto con su padre para darle la enhorabuena por este merecido reconocimiento. "Me lo anunció Antonio y me dio mucha alegría. Estoy muy contento porque, como he dicho más de una vez desde que me jubilé, todos los premios que me den en vida los agradezco muchísimo porque lo enaltecen a uno. Es algo muy bonito sentir el reconocimiento de la gente", comentaba ayer Gonzalo a este diario en una conversación telefónica.
El fundador de El Faro se congratuló de haber sido capaz de llevar tan lejos su historia "empezando desde cero" y reconoció que de las cosas que más le enorgullecen "es que al restaurante viene a comer gente desde toda España y desde el extranjero, porque a menudo los cruceristas llegan a El Faro con las guías en las manos buscando nuestra cocina. Yo no soy nada presumido, nunca he mirado por encima del hombro a nadie y me considero modesto, pero estoy contento con haber conseguido esto y premios como el que me han dado me llena de satisfacción".
La historia de El Faro arrancó en 1964 y ayer reconocía que "algunos me tomaban por loco. Pero cómo vas a abrir un restaurante en esa esquina. Sin embargo lo hice, y ahí sigue todavía".
Gonzalo Córdoba reconoce que cuando tuvo la idea de abrir un restaurante en la calle San Félix el barrio de La Viña no era lo que es actualmente en cuanto a hostelería se refiere. "Creo que en el fondo la transformación que ha sufrido el barrio, esa vida que se ve en la calle de La Palma, llena de mesas y locales de hostelería, se debe en buena medida a la aventura que yo inicié. Lo que yo hice en 1964 fue casi un prolegómeno de lo que es hoy día esa calle, porque puse unas mesitas que me prestó Nicolás Lucero y ahí empecé a hacer negocio en verano, con el pescaíto frito, hasta que fuimos ampliando la carta con productos frescos y cocina muy gaditana".
En un día tan especial como el de ayer Gonzalo no paró de recibir felicitaciones de su legión de amigos y clientes, de los que también se siente orgulloso. "Hay veces que salgo de mi casa y calculo que voy a tardar media hora en llegar a El Faro y tardo dos, porque me paran por la calle multitud de amigos, de clientes, que me dan muestras de cariño. Eso es lo más bonito".
Eso, el cariño, y también el hecho de que primero sus hijos y luego sus nietos han continuado con su legado. "Para mí es muy importante ver que El Faro sigue ahí, que mis hijos son capaces de hacerlo hasta mejor que yo. Y la tercera generación de la familia Córdoba que viene, y que se están preparando a conciencia tanto aquí como en restaurantes extranjeros. Mi amigo y maitre, Paco Marente, me dijo que con ellos tengo Faro para 30 años más. Eso me llena de alegría. Está claro que sin ellos y mis empleados no hubiera conseguido esto. He tenido la suerte de rodearme de un personal de categoría, gente como el propio Paco o Diego Daza. Todos formamos una gran familia, con sus cosas buenas y sus cosas menos buenas, pero una familia al fin y al cabo".
Sus hijos Fernando, José Manuel y Maite, así como Luis Núñez, director del Catering El Faro y que se recupera satisfactoriamente de una intervención quirúrgica, también mostraron ayer su alegría por este galardón tan merecido. Maite es quien lleva actualmente El Faro de Cádiz, mientras que Fernando hace lo propio con El Faro de El Puerto y José Manuel con el Ventorrillo de El Chato, tres templos imprescindibles de la mejor cocina de la provincia gaditana.
Otra persona muy feliz ayer era Antonio de María, presidente de Horeca. "Para nosotros es un orgullo contar con empresarios como Gonzalo Córdoba que tienen el reconocimiento a nivel nacional. Además Gonzalo tiene la suerte, y nosotros también, de que tiene tres maravillosos hijos que han seguido con su tradición".
De María destacó la figura de Gonzalo como una de las fundamentales de una hostelería gaditana "que a veces es más apreciada fuera de nuestra tierra que aquí", sentenció.
Tercer premio nacional para la provincia gaditana
El galardón otorgado a Gonzalo Córdoba no es el primero que viaja para Cádiz en estas diez ediciones de los Premios Nacionales de Hostelería que organiza la federación nacional de la rama. Horeca es la encargada de presentar las candidaturas y hace algunos años que ya se le concedió el Premio Nacional al Chef más Innovador a Ángel León, que desde entonces no ha parado de crecer y cuyo restaurante Aponiente, cuenta ya con dos estrellas Michelin.
Además, el Hotel El Monasterio de El Puerto de Santa María recibió otro galardón nacional por su apuesta por la cultura, por sus conciertos y exposiciones, un sello que le acompañó durante muchos años.
Ahora con Gonzalo Córdoba son ya tres los galardones recibidos por gaditanos y confirma que la hostelería de nuestra tierra goza de buena salud.
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