"Seguimos abandonados"

Estado de la ciudad tras la tromba de agua Los afectados esperan ahora una respuesta a su situación

Varias personas denuncian que cuatro días después de la tromba de agua no han recibido ninguna ayuda · Comercios, viviendas y garajes hacen frente a las consecuencias del fuerte temporal

1. En la imagen, Francisco García muestra indignado la ropa tendida en su patio después de empaparse de las aguas fecales que salieron del bajante. 2. Uno de los supermercados de La Laguna, el Maxi Día, amanecía ayer con restos de la tromba de agua del pasado fin de semana. 3. La fotografía muestra la situación en la que se encontraba ayer el garaje de Santa Ana. 4. Patricia Sánchez, propietaria de una mercería, escurre la lana empapada.
1. En la imagen, Francisco García muestra indignado la ropa tendida en su patio después de empaparse de las aguas fecales que salieron del bajante. 2. Uno de los supermercados de La Laguna, el Maxi Día, amanecía ayer con restos de la tromba de agua del pasado fin de semana. 3. La fotografía muestra la situación en la que se encontraba ayer el garaje de Santa Ana. 4. Patricia Sánchez, propietaria de una mercería, escurre la lana empapada.
A. De Antonio/M. Mateo / Cádiz

15 de octubre 2008 - 01:00

"En cuatro días nadie ha aparecido por aquí para ayudarnos. Hemos estado y seguimos abandonados". Así de desesperado se mostraba ayer Francisco García. Su casa, en el número 23 de la calle Soroya, en el barrio de La Laguna, es sólo una de las arrasadas por la tromba de agua del pasado fin de semana.

Su primera denuncia va contra quienes "en estos casos deben ayudar, es decir, Policía Local, Bomberos y otros servicios para emergencias. Les estamos llamando desde la madrugada del sábado y por aquí no viene nadie, nos dicen que están saturados". Francisco entiende que "el primer día La Viña, por ejemplo, fuera la prioridad, pero cuatro días después deberían haber atendido ya nuestra llamada". Una llamada que se produce después de ver cómo algo más de medio metro de agua inundaba su casa, donde vive junto a su mujer, su hijo, su cuñado y una sobrina. La noche del pasado martes tuvieron que dormir sobre colchones en el suelo, pues "los somieres y el canapé de la cama de matrimonio tenían tanta humedad que el dolor de espalda y el mal olor nos han obligado a tirarlos". Y no exageran, pues la lluvia levantó la tapa de la arqueta de aguas fecales que, en su caso, está en la cocina. Al tratarse de un bajo, el bajante arrastró hasta su casa toda la porquería. "El agua de la lluvia se mezcló con orina, heces y compresas, todo esto flotando por toda la casa e impregnando un horrible olor por todas las habitaciones y muebles".

Por todo ello, la familia de Francisco García ha tenido que tirar ropa, comida, artículos de decoración y hasta el suelo de parqué de una de las habitaciones. Además, "la mayoría de los muebles se han estropeado". Toda la familia denuncia que el pasado lunes, "con motivo del partido de fútbol en el estadio Carranza, los bomberos limpiaron sus alrededores, pero no vinieron a ninguna casa, nos encontramos en un momento desesperante". Francisco cree que la situación no ha sido aún peor gracias a sus vecinos, "se han portado muy bien con nosotros, hasta nos han dejado un colchón para dormir". Y en este momento es de los que piensa que las desgracias nunca vienen solas, "trabajaba en una empresa de la construcción y hace un mes me quedé sin empleo. Y ahora esto".

En Puntales

La mercería Tricia, en Puntales, también ha sufrido los efectos de la catástrofe apenas diez meses después de su apertura. Patricia Sánchez, su propietaria, se lamenta por las consecuencias. "Sólo en lanas y encajes he perdido 600 euros". También se queja de que nadie se ha acercado por su comercio para evaluar los daños. Para mostrar su malestar, ayer fue de las primeras en inaugurar el servicio municipal que recoge los daños provocados por las lluvias. "Me han dicho que ya me llamarán".

la viña

En el barrio de La Viña todavía tratan de curar las heridas que dejó la tromba del sábado. En Galerías Muiños, una tienda de muebles, han perdido prácticamente el 99% del género que estaba en exposición. La entrada del agua el pasado sábado resultó mortal y los sofás y los muebles resultaron muy deteriorados. Eso les ha llevado a tener que cerrar la tienda durante unos días, sin que tengan claro cuándo van a poder abrir de nuevo.

Mientras tanto, en el garaje del número 60 de Corralón de los Carros, donde todos los coches quedaron prácticamente cubiertos por el agua, recibieron en la mañana de ayer la visita del perito del Consorcio de Seguros, que les comunicó que se harían cargo de los daños.

El presidente de la comunidad de propietarios, Emilio Marín, señaló que hasta el momento no pueden tocar ninguno de los coches.

Algunos de los más perjudicados son los que no tienen seguros. En el número 59 de la misma calle, Josefa Bejarano, lamenta el daño que le ha producido la entrada de agua en la casa, donde ha afectado al escaso mobiliario que tienen. Ella y su marido están parados y han tenido que poner bolsas de basura entre el colchón y las sábanas para evitar que cale.

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