La travesura que deriva en delito
Un educador, un sociólogo y un técnico de Servicios Sociales achacan al entorno familiar y al fracaso escolar la conducta de los 16 jóvenes detenidos en Cádiz por cometer actos vandálicos
La palabra que sirve para intentar explicar por qué 16 jóvenes se reúnen sistemáticamente para cometer actos vandálicos que van más allá de una simple gamberrada no es otra que 'fracaso'. Escolar, familiar y social. Fracaso con todas las letras. Diario de Cádiz ha contactado con un educador, un director de instituto y sociólogo y una coordinadora general de los Servicios Sociales municipales, quienes por su experiencia tratan de analizar las causas de estas acciones.
José Luis Núñez, coordinador en Cádiz de programas de CEPA (Colectivo de Prevención e Inserción Social de Andalucía), resume el sentir de un educador en primera línea de batalla: "El fracaso escolar es una de las claves. Y el fracaso familiar, por la pérdida del control hacia sus hijos. En general es un fracaso de todos por no saber dar recursos a estos jóvenes".
Núñez deja un pensamiento lleno de lógica. "El joven que antes no quería estudiar, lo metían a trabajar. Pero ahora no hay trabajo y algunos encuentran como salida la droga o la delincuencia".
"No saben divertirse ni conocen la condición del juego en grupo. Y no saben distinguir entre una travesura que todos hayamos podido hacer en nuestra juventud de un acto delictivo", matiza.
"En Cádiz apenas hay sitios donde los jóvenes puedan hacer trabajos para la comunidad por haber cometido actos contra el mobiliario urbano. Hay pocos recursos para este tipo de chavales", destaca Núñez.
Los Servicios Sociales del Ayuntamiento abordan los problemas de jóvenes desde el ámbito de la familia a través del Programa de Intervención Familiar, después de una "estrecha" coordinación con fuerzas policiales, institutos o la misma Fiscalía de Menores. Uno de sus técnicos reconoce que en los últimos tiempos le llegan más casos de violencia juvenil. ""Nos llegan los casos individuales y le asignamos un equipo que trabaja con la familia del joven, buscando en la misma la raíz del problema, la causa. Todo tiene un fondo, eso está más que claro. Y el entorno familiar siempre influye", razona.
El hecho de actuar en grupo no es algo casual. "El grupo domina y a la vez da anonimato a los que dentro del mismo realizan cualquier acto vandálico. A esas edades ni siquiera se reconoce el delito ni se diferencia claramente el bien del mal", declara. Y es que, según este trabajador de Servicios Sociales, actuar en grupo "les hace pensar que nos va a pasarles nada". En la reunión se sienten protegidos. "Es raro que un menor salga a la calle en solitario a romper, por ejemplo, una papelera", puntualiza.
Diego Jiménez dirige el instituto Columela y es a la vez sociólogo. Conoce el paño. Y ve en estos conflictos "un déficit de educación tanto en calidad como en cantidad". El absentismo escolar es otra de las causas y uno de los perfiles de los detenidos "puede responder al joven que no ha pasado muchos años en la escuela". Dice Diego Jiménez que entre los 12 y los 15 años se puede producir un comportamiento "disocial" dependiendo de las compañías. A juicio de Jiménez, la forma más aconsejable de prevenir es "aprender, actuar en grupo. Eso es clave y lo hemos comprobado". Más allá de estos 16 casos concretos, el director del Columela señala como problema general de la juventud "la falta de modelos sociales en los que mirarse porque la juventud está muy necesitada de referentes".
Coincide con el técnico de Servicios Sociales en cuanto a la falta de madurez a esas edades. Igualmente, expone que "posiblemente" tras el fracaso escolar, la falta de oportunidades laborales les conduzca "a un ocio que puede derivar en el maltrato del mobiliario urbano".
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