Una oferta de las administraciones pone fin al encierro de los parados
Los veinte desempleados recluidos voluntariamente en el convento de Santo Domingo aceptaron ayer desarrollar un programa de formación de mantenimiento de edificios que ofrece la Asociación Cardijn
"No es lo que pedíamos, pero nos parece suficiente para abandonar esta medida de protesta. La vamos a dejar ya para no hacer sufrir más a nuestras familias". Con estas palabras y un tono de resignación, comunicó Daniel Castiñeira ayer a este medio el fin del encierro que inició, junto a una treintena de compañeros del sector de la construcción, el pasado 8 de julio en el convento de Santo Domingo.
El levantamiento lo ha motivado una propuesta de las administraciones que permitirá la inclusión de estos desempleados en un programa de políticas activas de empleo de los que realiza la Asociación Cardijn. Aunque no se ajusta a lo que reclamaban -como recalcó Castiñeira-, fue aceptada por unanimidad por los interesados a los pocos minutos de conocerla.
El padre Gabriel Delgado, presidente de la Asociación Cardijn, fue el encargado de trasladarles al mediodía de ayer -y dos días antes del inicio de la anunciada huelga de hambre indefinida- la oferta. Y posteriormente, a través de una nota de prensa, puntualizó que la entidad que preside realizará ese taller de formación y empleo "como viene haciendo con otros desempleados dentro de los programas de política activa de empleo".
En concreto, estos parados serán integrados en las políticas activas de empleo a través de un programa de formación en el campo del mantenimiento de edificios y que está concertado con la Consejería de Empleo, el Ayuntamiento de Cádiz y la Diputación Provincial.
La medida se aplicará a los 35 desempleados que se venían manifestando: la mayoría mediante el encierro en Santo Domingo y el resto con movilizaciones diarias en la calle para reclamar a las administraciones un trabajo. Cabe recordar que el encierro lo comenzaron 25 personas, aunque dos lo abandonaron al recibir una oferta laboral de una empresa jerezana, otros dos decidieron regresar a su casa y un quinto se vio obligado a irse por motivos de salud.
Primitivo Franco, portavoz del grupo junto a Castiñeira, aportó más información sobre su próxima ocupación. Entre los meses de septiembre y octubre desarrollarán un curso de formación, y ya a finales de octubre está previsto que inicien ese taller de empleo centrado en el mantenimiento de edificios y que tendrá una duración de un año. Durante ese tiempo recibirán unos ingresos económicos, aunque Franco aseguró desconocer aún la cantidad mensual que percibirán. Lo imparte, apuntó, es que han recibido una oferta que no pueden dejar escapar porque consideran que tiene "proyección de futuro". Eso sí, la Plataforma de Parados que constituyeron meses atrás junto a otros compañeros no desaparecerá.
Aunque de la noticia del levantamiento del encierro informaron a los medios de comunicación a primera hora de la tarde de ayer, acordaron no comunicársela a sus familiares vía telefónica sino esperar a las ocho de la tarde (hora a la que comenzaban las visitas) y así ser testigos de sus rostros de alegría.
Retornan esperanzados a la normalidad de sus hogares. Y marchan agradecidos del convento. Primitivo Franco subrayó el "magnífico" trato que habían recibido tanto del dominico José Carlos Muñoz como del padre Pascual Saturio. "Se han portado con nosotros como si fuéramos sus hijos", dijo. Asimismo, destacó el apoyo de gente anónima, de cofradías y de comerciantes y hosteleros.
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