Fidel Castro votará a Rajoy
De política, ni mijita, que tengo que volver a Cuba". Fidel Castro, 47 años de edad, conductor de autobuses Selma, llegó a Cádiz una década atrás. "Soy de aquí ya", sintetiza. "Uno es del sitio donde come". Adaptado de pleno a la idiosincrasia gaditana, se ha comprado un chalecito rojo en la calle Ángel de la Guarda de Chiclana y cuenta, orgulloso, que ejerce de abuelo desde hace un mes. "Mi nieta es gaditana cubana". Y su estirpe, como la del comandante en jefe, de origen gallego.
Fidel Castro y su extensa familia, muy conocida en la Segunda Aguada, vive presionado desde miles de kilómetros de distancia, a tenor de sus elocuentes silencios, y ni siquiera se atreve a profundizar en los acontecimientos que se han precipitado en su tierra. Sueña con la implantación de la democracia cubana, pero apenas opina sobre la situación política del país hermano. "No estoy de acuerdo con el sistema, pero nunca hemos tenido problemas políticos. No he participado en sabotajes, ni en la contrarrevolución, pero en Cuba no se puede opinar. Está prohibido disentir". Así que Fidel prefiere no hablar de Fidel, el nombre de pila que "me ha jodido la vida", apunta entre bromas y veras.
Lo último sería que su hermano respondiese al nombre de Raúl. Llamarse Fidel Castro en Cádiz granjea su guasa, grandes cargas, bromas de mil colores. "Mucho cachondeo", sintetiza este amable y audaz caribeño nacido en 1961, dos años después de la llegada de Fidel al Poder. "Me pusieron Fidel sin contar conmigo, y no crecí bajo los principios revolucionarios, ni siquiera de pequeño me atrajo el sistema comunista. Y eso que mi padre fue un revolucionario destacado. Luchó en la Sierra junto al Ché Guevara y Camilo Cienfuegos, lo cogió preso Batista, le partieron costillas, lo pasó muy mal". Fidel piensa que le pusieron Fidel, el nombre de pila cubano por antonomasia, porque "pensaban que Fidel venía de buena fe". "Hay muchos Fidel, pero pocos Fidel Castro". En Cádiz, sólo hay uno.
Fidel Castro, que retorna a Cuba cada año por vacaciones, de ahí que eluda controversias, vino a Cádiz huyendo de la miseria. "Ahora tengo un chalecito en Chiclana, un coche nuevo y una vida feliz junto a la familia: mi mujer, mi hermana, mi sobrina, una hija y una nieta. Mi padre murió aquí hace dos años. Cádiz es una tierra maravillosa, lástima que no haya trabajo, pero se vive de categoría. Conozco toda España gracias a mi trabajo, pues me tiro cuatro o cinco días a la semana fuera de casa, recorriendo la geografía: llevo excursiones y giras turísticas con el autobús, mucho Marina D'or, y como en Cádiz, ningún sitio". "En Madrid dices buenos días y ni te saludan; preguntas y no te contestan. Aquí parece que te conociera la gente de toda la vida. Y la vida pasa de un modo muy agradable". Cádiz es La Habana. Fidel Castro corrobora la teoría de la luz. "Gaditanos y cubanos somos muy semejantes. A mis amigos gaditanos los considero mis hermanos, la casa siempre está llena de gente". Y destaca la personalidad solidaria de un gaditano grande, el fotógrafo Kiki, Joaquín Hernández Conde, que "nos ha ayudado a todos, moviendo papeles, buscando trabajitos. A Kiki se le quiere mucho en Cuba". Fidel leyó con enorme interés el libro que compartió Kiki con Antonio Rivera, las historias de La Habana vistas por un par de periodistas gaditanos.
Ahora está parado, pues la empresa de autobuses discrecionales radicada en Jerez suele extenderle contratos temporales en función de la demanda. "Menos mal que ahora trabajan mi mujer y mi hija. No nos podemos quejar".
Paradójicamente, Fidel se muestra más agradecido a los gaditanos que a algunos de sus compatriotas. "Hemos logrado más apoyo de los españoles que de los cubanos aquí afincados". Suele ocurrir. "Los colegas gaditanos nos han organizado fiestas, buenas comidas, reuniones de amigos, se han desvivido para que nos sintamos en casa. Soy de aquí ya", reitera el comandante en jefe de la república independiente de su casa. Hasta La Caleta siempre. Fidel echa la vista atrás. Año 1999. Entrada triunfal en Cádiz. Otro continente sin documentos. "Aquí también pasamos muchas penurias al principio. Fue Aznar quien nos regularizó a los extranjeros que vinimos a trabajar. Como debe ser. El PSOE no ha hecho nada por nosotros, ni habla de la regularización por la vía laboral. Yo soy más cercano al PP. Voy a votar a Rajoy. Estoy harto de socialismo, picha".
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