Un virus estomacal provoca el desalojo del pasaje del 'Independence of the Seas'

Veintidós pasajeros y tres tripulantes padecen gastroenteritis aguda, lo que motivó una revisión por parte de Sanidad Exterior y una desinfección a fondo · Las autoridades permitieron su salida, rumbo a Lisboa

El gigantesco buque ofrecía una imagen desoladora, tras el desalojo previo a su desinfección.
El gigantesco buque ofrecía una imagen desoladora, tras el desalojo previo a su desinfección.
Joaquín Benítez / Cádiz

26 de mayo 2010 - 01:00

Veintidós cruceristas y tres miembros de la tripulación del Independence of the Seas permanecen aislados en sus camarotes por padecer los síntomas y efectos de un virus estomacal que ya cuenta con nombre propio: Norovirus. Es también conocida como gripe estomacal, pero realmente poco tiene que ver con la gripe. Se trata, al fin y al cabo, de una gastroenteritis aguda cuya principal peculiaridad es su fácil transmisión.

Su sencillo contagio entre persona se hace más extremo en lugares cerrados bajo cuyos techos conviva mucha gente. Sería el caso de los cruceros, los hoteles, los colegios o los hospitales.

Tanto es así que el nombre de Norovirus procede de la unión del término virus con Norwalk, nombre de un colegio de Ohio en el que se detectó, por vez primera, la presencia de este tipo de gastroenteritis aguda, allá por 1968.

Pero la esperada escala del Independence of the Seas, perteneciente a la flota de gigantes de la Royal Caribbean, se hizo ayer más especial de lo normal. Si habitualmente se calcula que durante una escala optan por desembarcar en torno al 75% del pasaje, ayer ya resultaba sintomático el desembarque masivo de la población flotantes del Independence. Esta imagen, sumada a la presencia, no obligatoria ni habitual, de dos inspectores de Sanidad Exterior, convertían la imagen en sospechosa.

Puestos en contacto con las autoridades sanitarias, confirmaron, a través de un portavoz de la Subdelegación del Gobierno, que efectivamente la presencia de un virus a bordo había motivado el desalojo, voluntario que no forzoso, por parte de casi la totalidad del pasaje. Y fueron las propias autoridades del buque las que antes de atracar a puerto gaditano, tal y como dictan los protocolos, contactaron con Sanidad Exterior para comunicar que, a bordo, llevaban a 25 personas afectadas por un virus estomacal, peculiar por su fácil contagio.

Y mientras que el buque amarraba frente a la Estación Marítima de Cádiz, dos inspectores de este departamento dependiente del Ministerio de Sanidad y Política Social, permanecían a pie de escala, a la espera de que se les autorizara subir a bordo del Independence of the Seas.

Y cuando aún no habían desalojado el buque las 3.840 personas que iban a bordo y sus 1.360 tripulantes, las autoridades sanitarias procedían a sondear la situación a bordo. Comprobaron que efectivamente el número de afectados coincidía con el notificado y que el estado de los enfermos no requería su traslado a ningún centro hospitalario gaditano. Lo único, el aislamiento de los enfermos para así evitar la transmisión del Norovirus.

A su vez, tal y como dicta el protocolo internacional, los inspectores de Sanidad Exterior visitaron varios lugares del buque que no dejaron lugar a la duda de que presentaban un estado óptimo de higiene, como suele ser habitual en los de Royal Caribbean.

Mientras, casi la totalidad de los cruceristas desalojó el gigantesco barco para facilitar el proceso de desinfección que dicta el citado protocolo sanitario, ante la presencia de algún virus de fácil contagio a bordo.

Según fuentes cercanas a a la compañía, personal ataviado como dictan las normas, procedía a la limpieza al detalle de aquellas dependencias o zonas del barco en las que era más fácil la propagación de este virus tan odiado por las empresas navieras. Desinfectaron cocina, extractores de aire, aseos, y hasta los pasamanos de los cientos de metros de escalera con los que cuenta este crucero de 339 metros de eslora y 15 pisos o cubiertas de altura.

A pesar de lo escandaloso que puede resultar un caso de contagio a bordo, la compañía informó al pasaje de lo que ocurría, rogándole que abandonaran el buque para así facilitar su desinfección y evitar que el virus fuera a más.

Tras comprobarse que la evolución del brote en los cruceristas afectados era satisfactoria, y que el virus estaba aislado y controlado, las autoridades sanitarias exigieron que se extremaran las medidas de prevención a bordo, tras lo cual expendieron la correspondiente autorización para su libre tráfico y para su salida de Cádiz. A su vez, tal y como dictan los cánones, Sanidad Exterior procedió a comunicar la situación sanitaria existente a bordo del buque de lujo a las autoridades del ramo en Lisboa, próximo puerto de escala del Independence of the Seas.

Recordar que el crucero partió el pasado día 15 desde Southampton (Inglaterra) desde donde partieron rumbo a Gibraltar, para seguir por Toulon ( Francia), Livorno (Florencia); Civitavecchia (Roma); Cagliari (Cerdeña); Cádiz, Lisboa, Vigo, y de vuelta, tras 14 noches y 15 días a bordo, al puerto de Southampton.

A pesar de lo peculiar de la jornada, el Independence of the Seas abandonó el puerto de Cádiz minutos después de las cinco de la tarde, tal y como estaba contemplado en el diario de a bordo.

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