Fallece un operario en Navantia al caer desde una grúa a más de quince metros
José Cornejo, de 56 años y empleado de la subcontrata Gaditana de Chorro, trabajaba en el 'Castilla' cuando se precipitó al dique porque no llevaba puesto el arnés · El astillero parará hasta el entierro
Experimentado, buen profesional y con más de treinta años de trabajo a sus espaldas. 'El piquito' le decían en el astillero gaditano, que ayer enmudeció como hace mucho no ocurría. Fue pasado el mediodía, sobre las 12,20 horas, cuando las alarmas volvieron a activarse después de cuatro largos años de tregua. José Cornejo Delgado, de 56 años y residente en Cádiz, pertenecía a la empresa puertorrealeña Gaditana de Chorro y Limpieza, una de las subcontratas más conocidas de la industria auxiliar de la Bahía. Realizaba labores de limpieza en el buque Castilla cuando se precipitó desde la grúa portátil donde se encontraba y cayó al dique; el número cuatro era, el flotante.
El golpe fue tremendo, fulminante, porque se produjo desde una altura de más de quince metros, según detallaba el presidente del comité de empresa, Manuel Núñez, aún claramente sacudido por el suceso. José falleció en el acto. Hasta la factoría de Navantia Cádiz se desplazaron efectivos de Policía y una unidad del 061, pero nada pudieron hacer por salvarle la vida y el operario murió como consecuencia de las numerosas contusiones sufridas. Deja mujer y dos hijos que inmediatamente conocieron el siniestro y tras el levantamiento del cadáver, velaron el cuerpo en el Tanatorio de Servisa, en Zona Franca.
La investigación que realizará la Inspección de Trabajo, así como el expediente interno que abrirán Gaditana de Chorro, como responsable directa, y Navantia, como subsidiaria al producirse en sus instalaciones, aclararán las causas del accidente, pero, según las primeras explicaciones de los testigos presenciales, las circunstancias que desencadenaron la tragedia fueron dos: el pavimento del dique flotante "no estaba limpio" y el operario no se había puesto el arnés existente en el vehículo. Es la versión de los hechos que ayer trascendió en el astillero y conoció el secretario de Salud Laboral de Comisiones Obreras, Manuel García Túnez. Según su relato, la grúa pudo haberse topado con algún elemento en la superficie, perdió la estabilidad y, al carecer de sujeción, José Cornejo salió despedido de su habitáculo. "Todo indica que ha sido un accidente clásico que se podría haber evitado si se hubieran cumplido las normas de seguridad", concluyó García Túnez, que lamentó la escasa eficacia de los tribunales en la persecución legal de las empresas infractoras. "Las sentencias benevolentes no ayudan, son vergonzosas y hasta ahora, ningún empresario ha ido a la cárcel porque las condenas son de menos de dos años y al carecer de antecedentes, eluden la prisión".
Tras el suceso, y como es costumbre, la plantilla de la factoría acordó paralizar la actividad hasta que se celebre el sepelio, probablemente entre hoy y mañana, según explicó el presidente del comité, que, a la espera del resultado de la investigación, atribuyó el siniestro a una fatalidad. "La seguridad en el astillero es del 100%, pero lo que no se puede prever es la mala suerte".
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