Desde Cádiz, con los números

El método ABN de enseñanza de matemáticas nacido en la provincia se multiplica por toda España Una jornada calculando en un colegio de Chiclana

Un alumno del Serafina Andrades ante la pizarra en la que figura uno de los 'juegos' del ABN, el juego del sol.
Un alumno del Serafina Andrades ante la pizarra en la que figura uno de los 'juegos' del ABN, el juego del sol.
Pedro Ingelmo Chiclana

29 de abril 2013 - 05:01

En la barriada Fuenteamarga de Chiclana, construida al tiempo que su colegio, el Serafina Andrades, en 1974, para acoger a los habitantes del poblado de Sancti Petri, la crisis de la construcción cayó como una bomba. Los hijos de los pescadores de Sancti Petri habían prosperado, tenían buenos coches, caballos, chalés. Todo con el ladrillo. El ladrillo se fue y no quedó nada.

Ahora, el Serafina Andrades acoge a niños que proceden de familias modestas, con un alto índice de paro y entre los padres no llega al 5% los que tienen título universitario. Cinco de los niños matriculados en este colegio coqueto, pequeño, de una sola línea, no comen mucho más de lo que comen aquí.

En este centro público se ofrece uno de los programas educativos más avanzados de toda la región. Un claustro de profesores volcados con su oficio han conseguido hacer del Serafina Andrades la vanguardia de la educación.

En todas sus aulas se lee bajo el cartel en español su traducción en alemán. Es uno de los pocos colegios bilingües de alemán. Además, su directora, Teresa Simonet, ya trabaja para aplicar la enseñanza de ajedrez como método de desarrollo de la concentración y del conocimiento. Y, además, el método ABN en Matemáticas desde los tres años.

Cinco años son los que lleva creciendo este método desarrollado por el inspector de Educación Jaime Martínez y que nació en un aula del colegio Andalucía de la barriada de La Paz. El éxito es arrollador. Martínez ha perdido la cuenta de los centros en los que se han desterrado las cuentas para calcular con sus algoritmos, que potencian el cálculo mental y permiten la enseñanza de lo que los alumnos consideran que es la materia más árida como un juego. El ABN ya ha llegado a cientos de colegios de toda España con magníficos resultados académicos.

Una mañana en el Serafina Andrades, en las aulas con los chicos, muestra que no hay mito. "Noooo...", se escucha la decepción de los alumnos de Segundo de Primaria al escuchar el timbre del recreo, que interrumpe el juego del sol. Consiste en decir un número, el 96, pongamos por caso. Los niños tienen que diseñar operaciones mentales que les permitan llegar a ese número. Nunca se puede repetir la operación. Los alumnos inventan operaciones ingeniosas, pero una de las alumnas consigue hacer verdaderos trabalenguas de cuentas que confluyen en el 96 al punto que la señorita Ana le tiene que decir "espera, espera, que yo no voy tan rápido como tú, mi calculadora de la cabeza ya tiene muchos años". La niña repite más despacio. La larguísima operación es correcta.

Otro milagro se obra en la clase de Marigel, la profesora de los niños de cuatro años. Mientras en el resto de los colegios los niños de esta edad sólo llegan a conocer 5 números, los alumnos de Marigel se manejan con una soltura asombrosa hasta el cien. Lo hacen a través de juegos, que les permiten mantener la atención durante más de veinte minutos. El juego de la pinza escondida o el de la lotería son iniciaciones que les familiarizan con los números. Además, se cuenta con los padres, a los que, por las tardes les ejercitan con el método para que puedan practicarlo con los niños en casa. Es la primera vez que se aplica en Infantil. "Cuando lleguen a Primaria -se asombra la propia Marigel- no me figuro el nivel que van a tener. Y lo absorben como esponjas y se divierten. Les encantan las matemáticas". Y es cierto, no hay más que verles levantando las manos.

El siguiente ejercicio que vamos a realizar es de comparación. La clase de Tercero está formada por pioneros. Llevan con el método ABN desde Primero. Una breve demostración sirve para comprobar que estos niños de ocho años multiplican con soltura, mentalmente, guarismos de varias decenas.

En Quinto, por contra, es el primer año en el que están usando el método. El cálculo mental es más lento que el de sus compañeros de Tercero y no tan natural, pero consiguen en unos pocos minutos entender, con el ejemplo de una superficie pintada en la pizarra, cómo se hace una raíz cuadrada.

El método ABN ha nacido en Cádiz y ya se mueve en Argentina y Chile, en Madrid y Alicante. Un método que convierte colegios con alto fracaso escolar en fábricas de calculadores. "Ya sabemos que las cuentas no nos sirven para mejorar nuestros resultados. Probemos esto", afirma al terminar la demostración con éxito Jaime Martínez.

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