Los sereníssimos

Localidad: Chiclana

Letra: Francisco Javier Macías Tinoco

Música: Manuel Benítez Molina

Dirección: Manuel Benítez Molina

el tipo. Serenos.

Una serenidad que se rompe con bombazos. La hora no les afecta. Tres pases en el momento que les toca trabajar y tres días que ponen al teatro boca abajo. Bombazos contra la serenidad. Muy excitados en el escenario. Tal vez, demasiado, lo que les afecta en la interpretación. En el primer pasodoble, como serenos que son abren todas las tardes una casapuerta para que una niña juegue con su patín y su muñeca en la calle. Una vigilancia que hacen para que nadie le haga nada cuando el problema lo tiene en casa, aunque este ya se marchó. En el segundo, rondana una mujer para darle un beso y que nadie se la quite. Una novia llamada Cádiz. Cuplés concurseros que levantan al público y les disparan. En el primero, realizan un reparto de llaves a los carnavaleros y deciden dar las de su casa y las del coche al público si les aplauden y por eso pasan a la final. En el segundo, por su parte, juegan con las ideas de otras chirigotas a la hora de buscar una letra original para un cuplé, rematando este intento con el "no tienes tú fe" del Canijo. El popurrí sigue sin decaer, contando con los cameos especiales de Mirian Peralta y Enrique Miranda. Están en la pelea de la final, por lo que no sería una sorpresa volver a verlos el viernes. El público acabó en pie y totalmente entregado.

EN CUARTOS

las coplas. Como buenos guardianes de la noche que son, cantan a la hora que trabajan. Pero eso no importa porque estos serenos levantan al público con su compás y con su arte. Cumplen con las expectativas creadas en su primer pase y tienen todas las papeletas para entrar por primera vez a semifinales. Golpe de efecto en la presentación cuando le cantan a David Márquez Mateos para que no coja un contrato en Rumanía con su disfraz de chatarra. Su pasodoble lo envuelve todo. En el primero, narran la historia de doña Carmen, a la que ayudan cada jueves a cargar con las compras que trae de la plaza. La alegría de su barrio, con 73 abriles, se marchó un día "con la carita agachada" tras quitarle la casa el banco, mientras que ellos se mueren "sabiendo que no volverá". Sentimental, pero buena letra. En la segunda, se enfrentan a los que dicen que se han hecho un nombre en tres años, cuando los nombres que ellos quieren son los de los aficionados que les apoyan y cantan sus coplas. Brillante segundo cuplé a las obras del Campo del Sur. En los adoquines fue donde Paco el Pellejo aprendió a hacer los quejíos. En el primero, un poco por debajo, no se niegan a volver a cerrar función en semifinales.

EN PRELIMINARES

las coplas. Bombazos para despertarnos cerca de las dos de la mañana. Bombazos que suenan a gloria. Marcan el compás y enseñan el verdadero ritmo chirigotero. Los Molina se han ganado un lugar en la fiesta. Con sus virtudes y sus defectos. Pero son esperados y se nota en el teatro. Empiezan con una presentación con pequeños detallitos simpáticos sobre las llaves que tienen -Pacoli y Nene Cheza no tienen porque entran por debajo de la puerta, gran maldad- para dar paso a su tesoro más preciado, la música del pasodoble. Vuelven a acertar y con creces. Su inspiración, la piedra en la que se sientan en la playa. Y una barca pasó, ¡ole, ole y ole! Imposible parar los pies en el trío. Los cangrejos, las gaviotas, la orilla... Una mezcla típica, pero explosiva para degustar su compás. En la segunda, se vanaglorian por la vuelta al escenario del Falla del 3x4 de la mano de Manolo Santander y y Manolín Gálvez. La esencia en la tablas y el olor a caldo de puchero. "Los señores del trataratachero", una buena definición. En lo importante de la chirigota, los cuplés, salen más fortalecidos que en años anteriores con la referencia a la función de esta noche y la amenaza de quedarse con las llaves del teatro, y el equívoco entre una línea caliente y el servicio de atención al cliente de Vodafone. Bastante buenos. Popurrí repleto de pamplinas con el que aspiran a entrar en las semifinales.