Los camellos
Comparsa
Localidad: Cádiz
Letra y música: Manuel Enrique García Rosado 'Kike Remolino'
Dirección: Rafael Mosquera Muñoz
el tipo. Traficantes de drogas legales.
Las coplas. Camellos con sustancias legales como las redes sociales o el amor. También podemos caer presos de las tradiciones gaditanas, como la Semana Santa. En el primer pasodoble, cuentan la historia de Pepín y Manolo, dos cargadores de la cuadrilla de la Amargura a los que les llega la hora de la retirada. Una penitencia que llevan por dentro al compás de la horquilla y que se acaba con una levantá al cielo por los dos. Una letra que llega a quienes viven esta fiesta. En el segundo, Kike Remolino firma una letra muy de su estilo a los sentimientos que tiene un niño adoptado por su madre. Esa que se ha ganado su sitio en "el cielo de las madres". Bajan un peldaño los cuplés en comparación con los que han traído en el Concurso. Chabelita le hace la fimosis con la boca al novio en el primero, mientras que en el segundo un niño ruso de acogida con buen apetito se hace un bocadillo de muergos cuando va a pescar.
EN CUARTOS
las coplas. Los reyes del trapicheo en la esquina de un barrio cualquiera. Sustancias con las que se alcanza la locura. No podremos desengancharnos de ellas. Presentación potente con aroma de los años 80. Ya era hora de que una de las comparsas que opta a todo se acordara de Enrique Villegas. En este caso, el homenaje de Kike Remolino se mezcla con la crítica por la inauguración de la calle en su nombre frente a la playa de la Caleta. Un recuerdo que no quieren pensar que llegara porque se acercaban las elecciones y que "llegó tarde y no le hace justicia", ya que se marchó "sin pasear por su calle". Bien desarrollado y con cierta razón. En el segundo caen en el efectismo en la crítica al programa El tangai de Canal Sur. Aciertan al resaltar que saliera la chirigota 'Los preparaos', pero se cae en el remate al pedir que pongan esta letra en una caseta de la Feria de Sevilla. Un suegro flojo protagoniza dos cuplés por encima de la media. En el primero le da un infarto y quiere meter el sofá en la ambulancia, mientras que en el segundo se equivoca de sobre de sacarina. Enganchan con las drogas del dinero, la belleza y la Semana Santa. Seguirán trapicheando.
EN PRELIMINARES
las coplas. Cambio de registro. Mosquera, habilidoso al frente de la dirección, se amolda a las ideas de Remolino, diferentes a las que ha manejado anteriormente. Y se entienden bien. La primera de la dosis muestra a un cualquiera que se adueña de la esquina y se convierte en su "maldita condena". La misma que hace que Kike se una a este grupo en su primer pasodoble, con una música potente, para echar de menos a su chirigota en el año de las comparsas. En el segundo, una carta de un niño a los Reyes sirve de excusa para poner en duda el papel de la monarquía. Bien llevado. Geniales los cuplés a la playa de Jerez y a unas gotitas para despertar el apetito sexual. Enganchan.
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