Duro revés que todo lo complica
Ferrol | cádiz · la crónica
Castigo El Cádiz pierde en Ferrol tras encajar dos goles a balón parado en diez minutos Reacción El equipo amarillo lo intenta en la segunda parte, pero no culmina su remontada
Perder en A Malata no entraba en los planes del Cádiz. Y no porque este campo sea asequible en los últimos tiempos, sino porque el conjunto amarillo atravesaba por un buen momento y porque los gallegos, pese a su destacada segunda vuelta, son un conjunto muy limitado. Pero lo peor de perder en la visita al Racing fue la forma como se produjo, pagando muy caros dos errores inexplicables e imperdonables, impropios de un equipo profesional que se está jugando la permanencia.
A los cadistas que ayer se quedaron con las ganas de ver el partido hay que contarles que el Cádiz no fue ese equipo desastroso de partido como el de Las Palmas o Jerez. Pero también hay que subrayar que arrastra errores del pasado, como son las lagunas de desconcentración, algo que tiene mucho más que ver con la indolencia pasajera de algunos futbolistas con el entrenador que esté en el banquillo. Pierde por encajar dos goles en diez minutos, sin ser peor que el rival. Simplemente, siendo el Cádiz incorregible e irritante de toda la temporada.
El primer tiempo fue un fiel reflejo de la Liga. Un Cádiz con buena pinta, pero que se queda en la apariencia. Y eso que empezó tocando el balón con paciencia, circulando de banda a banda y demostrando una calidad muy superior a la de su rival. Kosowski brillaba en sus intervenciones, tanto desbordando por la derecha como buscando el centro, pero realmente el equipo no creaba una ocasión clara para marcar.
A los 20 minutos las fuerzas ya se habían igualado y el equipo local comenzaba a dar muestras de estar vivo, aunque muy tímidamente. Los mejores detalles los dejaba Jonathan Pereira, que entraba por la derecha poniendo en algunos apuros a Raúl López. Ya nadie mandaba y los dos equipos se apoyaban en el juego directo para crear peligro. Así llegó un disparo de Gustavo López al filo de la media hora, que Queco Piña detenía por bajo. Era la única posibilidad de marcar porque el Cádiz se perdía en paredes imposibles, siempre por el centro.
El partido estaba de empate, pero Charpenet iba a sorprender a todos lanzando una falta desde casi el centro del campo en el minuto 35, con el que batía a Contreras, que estaba algo adelantado colocando a su defensa. Esto hizo mucho daño a los amarillos, que iban perdiendo fuelle de manera peligrosa. Y el segundo mazazo llegaría al filo del descanso, cuando Jonathan Martín marcaba en el segundo palo al saque de una falta lateral mal defendida.
Una vez más, como en Córdoba, como en Las Palmas, había que remar contra la corriente. El Racing ni se lo creía, ya que el conjunto de Juan Veiga había hecho muy poco para disponer de semejante botín. "Ha sacado petróleo de un estercolero", decía un periodista local en el descanso, en referencia al juego hecho por los suyos y al resultado que se llevaba. Había que esperar la enésima reacción de los amarillos, que llegaba en primer lugar por parte de Raúl Procopio, que cambiaba a Natalio por Gastón Casas. El rendimiento del valenciano ha ido a menos de forma llamativa y se merecía el banquillazo, pero la aportación del argentino, en 45 minutos, fue casi nula.
Lo mejor no era el cambio de nombres, sino el cambio de sistema y la actitud de los cadistas. Cristian se metió en el centro del campo, la defensa pasó a ser de tres hombres, Gustavo López pasó a ser un medio centro y Kosowski caía en la izquierda. Raúl arriesgaba en busca de la remontada, pero necesitaría que pasaran algunos minutos para que el equipo cogiera consistencia.
Gustavo López se echó el equipo a las espaldas y fue el motor, como casi siempre. Es prácticamente el único que desborda y todas las acciones de peligro partieron de sus botas, a excepción del tanto amarillo. En el 67', Enrique lanzó una falta y Fleurquin, de cabeza, hacía el 2-1. La grada ferrolana se echaba a temblar y no le faltaba razón para ello porque, a renglón seguido, Manu Barreiro y Enrique estuvieron muy cerca de lograr el empate. El premio final no llegaría y el Cádiz vuelve a situarse cerca del precipicio por méritos propios. Parece ser el sino de un equipo que no aprende.
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