El Cádiz también muerde sin Lobos

Después de una semana con nombre propio, el de Lucas Lobos y su repentino traspaso al Tigres de Monterrey, el Cádiz llegaba a Tarragona con el objetivo de despedir el año enganchado de pleno en la lucha por el ascenso. Enfrente, un Nástic que encadenaba cinco partidos consecutivos sin ganar y que tenía de uñas a su afición. Buenos mimbres para un partido clave en las aspiraciones de los cadistas en la Liga BBVA, ya que un triunfo podía situar a los de Antonio Calderón a tres puntos de la zona noble de la tabla, eso sí, dependiendo de los resultados de los rivales directos por el ascenso.

Aunque el partido no era bonito, el Cádiz empezó bien e intentó en todo momento salir con el balón jugado, aunque al llegar de tres cuartos de cancha para adelante se apagaban todas las luces. Parri no hizo olvidar a Lucas Lobos en la media punta y prácticamente pasó desapercibido durante todo el encuentro, mientras que Dani era una isla en la punta de ataque y como suele ocurrirle, fue de menos a más, desperdiciando un par de buenas ocasiones en los primeros minutos.

El Nástic por su parte lo intentaba sin éxito, intentando aprovechar la calidad a balón parado de Antonio López, pero Contreras apenas tuvo que intervenir. Sin embargo, al filo del descanso los catalanes estuvieron a punto de adelantarse en el marcador con un testarazo del central Mairata que hizo temblar el larguero y metió el miedo en el cuerpo al buen grupo de seguidores cadistas desplazados hasta Tarragona. Con el susto aún presente los jugadores del conjunto gaditano se iban a vestuarios mientras que en el marcador permanecía el cero a cero, resultado justo a la vista de lo ocurrido en el césped del Nou Estadi.

En la segunda parte la defensa del Cádiz salió algo dormida y el venezolano Miku dispuso de un par de buenas ocasiones que no acabaron en gol por poco. Este toque de atención despertó al equipo de Antonio Calderón y los amarillos se hicieron poco a poco con el control del partido, confiando sus opciones ofensivas al contragolpe. Nano en el 57, Enrique en el 62 y Dani un par de minutos después dispusieron de claras oportunidades para desequilibrar la balanza, pero la falta de acierto de los puntas cadistas impidió una victoria holgada en Tarragona. Con De Quintana sustituyendo a Abraham Paz y con Gustavo López haciendo lo propio con Nano, el partido se puso aún más de cara para los gaditanos con la expulsión de Abel Buades por doble amonestación en el minuto 74. El valenciano, que se enfrentaba al Cádiz por primera vez tras salir del equipo amarillo el pasado verano, no pudo despedir de peor forma el 2007 y dejó a los suyos con diez cuando quedaban aún más de quince minutos para la conclusión del encuentro. Algunos dirán que esta expulsión es lo mejor que ha hecho Buades por el Cádiz desde que fichó por los amarillos en diciembre del pasado año…

Los últimos minutos fueron un acoso constante del Cádiz a la meta de Roberto y, como en las buenas películas, el suspense se mantuvo hasta el final. No fue hasta el 87 cuando Gastón Casas, que había saltado al campo en sustitución de un desparecido Parri, aprovechó un remate en semifallo de Dani para batir por bajo al guardameta tarraconense. El argentino, que estaba en posición correcta pese a las reclamaciones de los seguidores rojillos, anotó su cuarto gol en lo que va de temporada, el segundo consecutivo, y permitió al Cádiz sumar una merecida victoria que permite a los gaditanos comerse las uvas acariciando ya los puestos altos de la tabla.

El tanto de Casas fue un fin de fiesta perfecto para los de Antonio Calderón, que hicieron méritos más que suficientes para lograr la victoria en Tarragona y que afrontan el 2008 con nuevas ilusiones tras un 2007 convulso en los despachos e irregular en lo deportivo. Tras la victoria ¿alguien se acuerda de Lobos?