El Alambique
Manolo Morillo
Betilo
Diez años dedicados al ron. Ese es el tiempo que lleva Ramón Aguiar, natural de Portugalete y afincado en la ciudad por motivos familiares, al frente de su establecimiento La ronería.
Durante esta década ha utilizado la bebida que se extrae de la caña de azúcar como base de todos los cócteles que elabora para su clientela, que se ha ido convirtiendo en fija con el paso del tiempo. Basta un breve vistazo a las estanterías de bebidas para comprobar que las botellas de ginebra o whiskey tienen un papel anecdótico entre todas las posibilidades que se ofrecen.
Situado en el paseo marítimo de Valdelagrana, en el conjunto de locales Vigalpe 500, se trata de la única ronería de la ciudad. Por tanto, el establecimiento supone un atractivo tanto para los portuenses como para los visitantes, que se encuentran con Ramón año tras año en sus períodos vacacionales. Y es que, los amantes del ron pueden encontrar hasta 190 marcas distintas de la bebida, algunas venidas de lugares lejanos como Guatemala, Costa Rica o Nepal, que llegan en encargos realizados por Internet. El propietario asegura que "hay gente que prueba una marca cuando está de vacaciones en algún país, y luego viene aquí para volverlo a beber". También hay recipientes poco comunes, como la botella de porcelana que contiene el ron Capitán Nelson.
A Ramón la pasión le llegó "de un amigo, que coleccionaba toda clase de bebidas". Siempre vinculado al mundo de la hostelería, decidió embarcarse en este proyecto, ya que "el ron plantea muchas posibilidades". Una de ellas es la especialidad de la casa, la realización de cócteles, ya sean con alcohol o sin él. "Lo que más demanda la gente es la piña colada y las batidas", explica. Los únicos que siempre llevan alcohol son los mojitos, disponibles de varios sabores, y las caipiriñas. Todos se sirven en largos vasos, de más de medio litro, decorados con una generosa rodaja de piña. No obstante, para los niños, ya que la ronería también tiene un ambiente familiar, se sirven cócteles no alcohólicos de menor tamaño y muy coloridos.
Aunque hay fines de semana de la temporada de invierno en los que recibe muchos clientes, Ramón señala que "julio y agosto son los mejores meses". En el período estival su clientela se compone, además de gente de la provincia, de madrileños, extremeños o cordobeses. El local echa el cierre habitualmente en las primeras horas de la madrugada, y abre sus puertas a las 16:00 horas ya que, siguiendo las recomendaciones de su propietario, "después de comer es el mejor momento para saborear un buen ron".
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