El portuense Sergio Gil consigue llegar a la cima del Khan Tengri en Asia

Tras ocho largos meses de preparación y entrenamiento en la Sierra de Cádiz y Sierra Nevada, el portuense Sergio Gil ha conseguido coronar la cumbre del Khan Tengri, una de las más altas de la cordillera Tian Shan, situada en la frontera entre Kazajstán y Kirguistán (Asia). Este pico está considerado como uno de los más duros y técnicos del planeta, cuya cara norte constituye uno de los desafíos alpinísticos más destacables a nivel mundial.

El proyecto surgió a finales del verano de 2009 cuando este químico, natural de El Puerto, decidió junto a Juan Galán y Antonio Camas, dos compañeros del club de montaña Sierra del Pinar, afrontar el reto de alcanzar esta cima de 7.010 metros de altura a través de su arista oeste en la vertiente norte. Pero dos meses antes de comenzar la expedición, Juan y Antonio decidieron abandonar el plan debido a problemas personales. Tras esto, Sergio decidió que la única solución para seguir adelante era formar parte de un equipo internacional. Afortunadamente después de varias semanas de incertidumbre el portuense consiguió integrarse en un grupo formado por montañeros de distintas nacionalidades que se encontraban en su misma situación. A pesar de no conocerlos y de no haber llevado a cabo ningún tipo de preparación junto a ellos, el equipo conectó muy bien.

Una climatología cambiante, con temperaturas de hasta -25 grados, fuertes ventiscas, un desnivel de 1100 metros y la instalación de tres campamentos de altura necesarios para atacar cima fueron algunas de las dificultades con las que Sergio se encontró a lo largo de 19 días de intenso trabajo en los que según el montañero recibían la previsión meteorológica desde España vía satélite. En la mañana del pasado 12 de agosto, tras una jornada de 14 horas, el grupo consiguió por fin alcanzar la cumbre del Khan Tengri culminando así con éxito un proyecto que hasta la fecha ningún gaditano ha logrado. De los 11 componentes del equipo, sólo 5 consiguieron concluir la expedición. El resto tuvo que abandonar por el camino debido a problemas físicos y de aclimatación.

El alpinista agradece el apoyo recibido por su familia, amigos y compañeros de la empresa Verinsur sin los que según él " la expedición no habría llegado a buen puerto".