Pintor y pintura de otra dimensión artística
arte
Uno de los grandes problemas que ha tenido el arte español y sus artistas a lo largo de la Historia es el mínimo grado cultural que ellos han desarrollado. Las carencias intelectuales eran suplidas por un gran desarrollo creativo y artístico. Todo esto se ha visto acrecentado en la actualidad. Nuestros autores manifiestan en líneas generales -sálvese el que de pueda- escasos conocimientos, tanto de índole cultural como artística y, lo que es peor, no parecen mostrar el más mínimo interés por darle solución. Es más, casi ni asisten a las exposiciones y cuando lo hacen les anima espurios intereses bien alejados de la propia circunstancia artística.
Guillermo Pérez Villalta, nuestro artista de Tarifa, uno de los creadores más grandes que ha dado la pintura española de los últimos tiempos, es una de las honrosas excepciones que confirma nuestro planteamiento anterior. Que él es un intelectual en toda regla nadie lo pone en duda y toda su obra demuestra un infinito sustrato, sobre todo, de cultura clásica, donde se apoya una realidad creativa que rezuma un vastísimo conocimiento. Su pintura, desde siempre, ha estado aderezada con un riguroso y consciente trasfondo conceptual, perfectamente estructurado culturalmente y manifestando un conocimiento desmedido de todos cuantos asuntos sustenta la pintura y la filosofía que la anima. A lo largo de los años, hemos visto ciudades planteadas desde su perfecto dominio de la arquitectura y el urbanismo clásicos, personajes extraídos de la gran Mitología y circunstancias estéticas basadas en el poder de la gran Historia de la Sabiduría.
La exposición que se presenta en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga -que esperábamos hace tiempo por ser Guillermo Pérez Villalta quien es y porque, además, Fernando Francés, no es sospechoso de no estar al tanto de cuanto se cuece en el universo artístico nacional e internacional- no es si no una constatación de todo cuanto hemos dicho. Una serie de casi cincuenta obras ponen de manifiesto el poder generador de un artista sabio que se basa en la mitología clásica -Ovidio y su Metamorfosis- para generar un compendio pictórico donde entra en juego toda la gran visión creativa e intelectual del pintor de Tarifa. Pero, la realidad va mucho más allá. Pérez Villalta no sólo realiza una interpretación de la obra clásica, sino que plantea un sistema interpretativo mucho más amplio donde intervienen infinitas circunstancias que aúnan intereses que, a veces se contraponen, a veces se interrelacionan, a veces posibilitan extraños maridajes y, siempre, abren las máximas perspectivas para originar un desarrollo pictórico único y lleno del mayor sentido creativo e iconográfico.
Todas las piezas discurren por esa personalísima vía creativa de Pérez Villalta, acondicionada pulcramente desde un dibujo de elegante y determinante conformación, para recrear un mundo imaginario lleno de barroquismos, pero también de referencias renacentistas donde el racionalismo y la geometría plantean idílicos escenarios donde se presume la identidad de una humanidad que juega a interpretar escenas imposibles, con lo mediato y lo inmediato guiñándose complicidades.
Toda la gran Historia del Arte se presiente en unas obras llenas de infinitas interpretaciones, de sofismas, de laberínticos relatos donde la referencia de presuntas posibilidades te hace intervenir para que el relato de la realidad quede roto y pueda someterse a nuevas identidades. Es el mito de siempre llevado al espectacular escenario de Guillermo Pérez Villalta, ese mago pintor de imposibles, desde cuyo alambique se destilan escenas donde entran en juego especialísimos espacios ilustrativos de una realidad presentida, con el Arte de siempre, el clasicismo en su más justa medida, jugando a unos complejos registros con la plástica y sus artistas más inmediatos. El Hombre y la Naturaleza, protagonistas de una historia diferente escrita con la mejor caligrafía, redactada con exacta sintaxis y relatora de una esclarecedora filosofía que nos hace reflexionar sobre una existencia poblada de todas las mejores y mayores referencias.
Estamos ante la feliz pintura de un máximo creador. Un pintor que sabe conjugar a la perfección tradición y modernidad y que da el mayor sentido a un Arte que, con él, sigue teniendo el mayor y el mejor de los futuros. Una vez más, Guillermo Pérez Villalta, es el gran pintor convincente del momento; una realidad creativa indiscutible de otra dimensión; única e intransferible.
CENTRO DE ARTE CONTEMPORÁNEO MÁLAGA
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