Baelo Claudia y sus joyas prestadas
La consejería de Cultura inicia los trámites administrativos para devolver todas las piezas "que sea posible" · Medio centenar de objetos se reparten entre los museos de Cádiz y Madrid
De lógica es reclamar lo que pertenece. Las primeras noticias de estos restos arqueológicos, que han ido emanando de la tierra que ha cubierto de historia la ensenada de Bolonia, datan de entre 1700 y 1900, ahí ya se identifica Baelo Claudia. En 1917 se concreta con investigaciones a cargo de Pierre París, que excava buena parte de la estructura, le sigue George Bonsor. En 1966 destaca la labor del profesor Pellicer y la presencia de la Casa de Velázquez, hasta finales de la década de los años 80. La Junta de Andalucía crea en 1990 el conjunto arqueológico.
El fruto de estas excavaciones ha dado lugar, a lo largo de estos años, a la aparición de decenas de piezas de gran valor arqueológico y que, ante la falta antaño de un Centro de Interpretación en Baelo Claudia -existente sin embargo ya desde diciembre de 2007- permitió que estas "joyas" fueran enviadas a otros espacios museísticos de la provincia, e incluso de España, para su puesta en valor ya que gran parte de la historia de Bolonia, o más bien de la antigua ciudad romana de Baelo Claudia, reside en el Museo Arqueológico Nacional en Madrid, a 730 kilómetros de donde fue originariamente extraída.
Desde la consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, a través de la delegación provincial, se viene trabajando junto a la dirección del conjunto arqueológico para ir dotando a la sede de Baelo de todas las piezas que sea posible. En concreto, antes del verano ya se empezaron a hacer los trámites administrativos pertinentes. En este mismo sentido se le contestó a los vecinos en noviembre que la delegación lleva haciendo gestiones con la consejería en Sevilla desde el mes de junio para el traslado de una serie de piezas. El objetivo es ir dotando a la sede de Baelo de más piezas de las que tiene, "siempre que sea posible". Una vez que esto sea aprobado por la administración competente en materia de Museos -la Dirección General-, se procederá al traslado de las piezas autorizadas al conjunto arqueológico de Bolonia.
Se podrá dar así una respuesta efectiva a la asociación de vecinos de Bolonia, que reclamó semanas atrás ante la delegación de Cultura la devolución de las piezas halladas en el conjunto arqueológico y que creen que tiene su lugar en el museo del que dispone ya Baelo. La medida tiene el apoyo del colectivo Mellaria que entiende que la petición se ajusta al derecho de los territorios de contar en los mismos, con el patrimonio monumental y arqueológico cuando como es el caso, se cuenta con las infraestructuras necesarias.
En la Red Digital de Colecciones de Museos de España haciendo una búsqueda sobre Baelo Claudia se puede descubrir que más de medio centenar de piezas están fuera del yacimiento. En el Museo Arqueológico Nacional en concreto hay 11 objetos extraídos en excavaciones realizadas tanto en Tarifa como en Bolonia. Destaca una estatua de mármol blanco de la época romana y un reloj de sol, también del mismo material, datado éste último en el siglo I (d. c.). Aunque el grueso de las piezas están en Cádiz, sí destaca la presencia en Madrid también de una hidria -tipo de recipiente para transportar agua-, de vidrio, de la segunda mitad del siglo IV; así como una pequeña colección de monedas de bronce, donde Gadir aparece como lugar de producción. Como curiosidad también se puede visitar en la capital española dos fotografías de cristal con técnica de gelatina que proceden de Baelo del siglo I (d. c.).
Sin embargo, la gran mayoría de las joyas prestadas del yacimiento arqueológico se encuentran, paradójicamente, a pocos kilómetros del lugar donde fueron descubiertos. El Museo de Cádiz acoge a más de 40 piezas, que descansan entre sus vitrinas y patios perfectamente acondicionados para su mejor conservación. Si bien, en Baelo Claudia ya se dispone de una infraestructura adecuada para la misma función.
En la capital de la provincia se pueden visitar numerosas esculturas de mármol, como la estatua con la cabeza de Trajano y el cuerpo de Claudio I; un pedestal epigrafiado de inscripción funeraria esculpido y una lápida. A su vez se ubican muchos vasos de arcilla y utensilios de vidrio, entre platos, cuencos o jarros. Se encuentra también una ánfora de arcilla, un espejo de disco, un altar de bronce, e incluso unas pinzas de bronce, así como un gran listado de monedas. En definitiva, decenas de pequeñas historias de Baelo, lejos de su punto de partida.
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