El algodonaleño Manolo Carretero recibe un Goya por 'La piel que habito'
La Academia del Cine premió el domingo la labor de este estilista del celuloide, que consigue una estatuilla por su trabajo en la película de Pedro Almodóvar
Por la alfombra roja de los Goyas pisó el domingo y ganó. El estilista algodonaleño Manolo Carretero recibió una merecida estatuilla por su trabajo en La Piel que habito, de Pedro Almodóvar, por su labor al frente del maquillaje y la peluquería de esta película.
Es un Goya a un peluquero de cine, que ha estado cuatro veces nominado para estos premios. "Es una satisfacción enorme", reconocía ayer Manolo Carretero, haciendo un alto en el camino mientras conducía hacia Algodonales de vuelta de Madrid, después de recoger el premio. Y no es para menos después de echarle un vistazo a su intensa carrera artística en el mundo del celuloide desde que diera sus primeros pasos, allá por 1988. Tiene en su haber películas como La Pasión turca, Trece Campanadas, Volavérunt, Cachito... y series de televisión como Doctor Mateo o Colegio Mayor.
Con su último trabajo en La Piel que habito, que ha logrado otros tres Goyas más, le llega la recompensa. Confiesa la "complicación" que ha supuesto para él y sus compañeros este trabajo, con interminables horas de maquillaje y efectos especiales. "Salí destrozado", anota Carretero. Pero ha valido la pena rodar por vez primera para él con Pedro Almodóvar. "Es muy exigente. Rueda a lo grande. Al estilo americano", añade. Otro cineasta grande que entra en su dilatada carrera estilística con los que ha compartido proyecto y creación.
Manolo Carretero, que tiene su residencia fijada en Madrid, debutó como ayudante de peluquería en Las cosas del querer. De ahí dio el salto. Ha trabajado con directores de renombre dentro y fuera del contexto nacional, entre ellos, Vicente Aranda, Bigas Luna, Enrique Urbizo, Rafael Sánchez Campoy. Y rodado en escenarios de Cuba, Canadá, Turquía, Francia… Y con todos ellos, Carretero ha contribuido con su estilismo a modelar personajes. La peluquería es creación. "Tienes que investigar, profundizar y estudiar los guiones y los personaje para poder, después, perfilarlos", explica este algodonaleño, que llegó al cine de manera accidental. Empezó sus pinitos en el ballet clásico, pero el celuloide y la peluquería se les cruzó en su camino. Pese a su curriculum, la sencillez prima en este serrano que, sin saberlo, armó un revuelo en su pueblo la noche de los Goyas. Su dedicatoria encima del estrado fue para su familia y Algodonales. "La identidad es importante. Tengo buena relación con Algodonales. Es fundamental no perder las raíces", afirma. Por eso, el Goya ha viajado con él hasta su pueblo. "Le hacía ilusión a mi hermana", denota. El cabezón será testigo de más felicitaciones, que a buen seguro, estará hoy cosechando Manolo Carretero en su pueblo. Preguntado por cómo va a festejar este galardón, entre los suyos, responde: "Con un buen plato de olla de los que se hacen por aquí". Sabia opción para un peluquero de cine que ha hecho historia.
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