Proyecto de Danza Contemporánea trae al Teatro Falla 'Sed' de cambio

Tras cinco años en Estados Unidos, el traslado a República Dominicana ha supuesto, para Marianela Boan, su "reencuentro" con el Caribe. Cubana de nacimiento, Boan ha desarrollado a lo largo de su carrera como coreógrafa el concepto "danza contaminada": al baile -concebido como "lenguaje primordial"- se van incorporando otras serie de expresiones artísticas que apoyan y complementan la puesta en escena, con lo que la danza se proyecta "hacia otros códigos de comunicación", explica Marianela Boan, en una mescolanza que ejemplifica un "modo de hacer ecléctico muy propio del Caribe", continúa la coreógrafa.

Este concepto es el que Prodanco (Proyecto de Danza Contemporánea) pone en marcha en el espectáculo Sed, que llega esta noche al Teatro Falla tras pasar por el Festival de las Artes de Costa Rica. "Tal vez sea por haber vuelto al Caribe tras llevar un lustro ausente -comenta Marianela Boan-, pero he encontrado en República Dominica a un país sediento, pujante, con una tremenda necesidad de aprender y de dar un salto muy grande. Hay una tremenda ansia de avanzar hacia estados más desarrollados, de afianzar los avances democráticos. Los jóvenes están sedientos de aprender".

Así, Sed se define como un acercamiento a través del baile a las distintas identidades presentes en República Dominicana. Algo que el montaje lleva a cabo a través de un elemento tan inesperado como un botellón de agua: "El botellón es un elemento permanente en el paisaje de todo el país -indica Boan-, ya que el agua corriente es imbebible. Como es común a todos, el botellón nos sirve como elemento permanente que se va transformando para explorar distintos temas y estilos, te permite moverte desde muchos ángulos..."

A partir de ahí, se manejan conceptos de identidad racial, de género y culturales en un montaje que refleja, especialmente, la voz de los jóvenes frente a antiguas costumbres y estructuras heredadas de los regímenes dictatoriales, como el servilismo: "La de República Dominicana es una sociedad muy libre, pero luego, hay asuntos como la cuestión de género que no terminan de asumirse -explica la coreógrafa-. Por ejemplo, a pesar de la importante influencia africana, nadie se considera negro. Y si uno no asume parte de su herencia, está claro que es imposible que avance... En la puesta en escena de Sed, los bailarines tratan de alisarse el pelo y volverse blancos. No se reconoce la fortaleza de la cultura afroamericana. Y todavía existen grandes problemas de diferencia de clase, o respecto a la mujer, que es la que más sufre en los conflictos de identidad de género, con una doble moral muy arraigada. Todos esos conflictos, todas esas incongruencias son las que ven los jóvenes y no sienten como propias".

Aun así, apunta la responsable, Sed "es una obra construida sobre un lenguaje metafórico, en la que el público puede interpretar todas estas cuestiones y muchas más".

La participación de Prodanco en Cádiz en Danza forma parte, además, de la celebración de la Semana de la República Dominicana en la ciudad, cita incluida en los actos del Doce. Prodanco surge dentro del Ballet Clásico Nacional como germen de lo que será, a medio plazo, la Compañía Nacional de Danza Contemporánea en República Dominicana.

"Nuestra intención es, a través de un núcleo orgánico pequeño, tratar de defender esta manera de entender el arte e ir entrando poco a poco en los circuitos culturales -comenta Marianela Boan-. De hecho, Prodanco se ha constituido como la primera compañía de danza contemporánea del país. Sí que existe formación para estos bailarines y hay experiencias aisladas (festival, espacios para representaciones permanentes...) pero no existe cobertura suficiente, pública o privada, para llevar adelante un proyecto con continuidad, algo que creemos cambiará con la Ley de Artes Escénicas".