Un siglo del Tajo de las Figuras
El Centro de Interpretación Cádiz Prehistórico acoge la muestra 'Cien aniversario del descubrimiento...', integrada por un centenar de fotografías de la época, en su mayoría inéditas
Hace prácticamente un siglo, el 17 de abril de 1913, un grupo de vecinos de Benalup organizó una expedición que quedó para la historia. Esta comitiva integrada por Antonio Pérez Blanco, los hermanos Juan y José Vela Morales, José Espina Calatriu, Rafael Bernal y el párroco gaditano Victorio Molina Pastoriza protagonizó nada menos que el descubrimiento científico de la Cueva del Tajo de las Figuras. Las primeras instantáneas con las que aquel día se inmortalizaron junto a esta importante joya rupestre situada al abrigo de una cueva del embalse del Celemín sirvieron entonces para constatar la noticia ante la Academia de Historia en Madrid.
Estas mismas imágenes se exponen hoy por primera vez al público en la muestra fotográfica Cien aniversario del descubrimiento del Tajo de las Figuras, que se inaugura en el Centro de Interpretación Cádiz Prehistórico, de la mano del Instituto de Educación Secundaria Casas Viejas, con la colaboración del Ayuntamiento de Benalup.
Salustiano Gutiérrez, profesor de este instituto y coordinador de la muestra junto a José González Benítez, habla de esta iniciativa articulada en tres secciones y presentada en grandes murales con textos "realizados por los alumnos, en trabajos que hacen durante el curso", afirma.
La primera parte analiza aquella exitosa expedición emprendida por la que entonces era parte de "la elite del pueblo, cuyos nietos están invitados al acto inaugural", informa Salustiano Gutiérrez.
El segundo bloque se centra en la relevancia arqueológica y prehistórica de la zona, "pues también se encuentran los dólmenes y tumbas antropomórficas, además de numerosas cuevas".
Y la tercera, de las más curiosas, se centra en la forma de vida en la sierra hasta los años sesenta, a través de un estudio antropológico. Este apartado llama la atención sobre aspectos como el agua, el vestido, la comida, la corcha, el carbón, la caza, la sociabilidad, el poblamiento disperso, las prácticas alegales e ilegales, etc., sacando a la luz personajes de la época como el ventero, el carbonero, el furtivo, el contrabandista, el maquis, el estraperlista, el bandolero, el médico o el señorito urbano, relata Gutiérrez.
Muchas de las fotografías proceden del enorme interés que para la comunidad científica internacional que acudió a la zona desató aquella forma de vida casi intacta desde el Neolítico.
Unas cincuenta de las cien instantáneas expuestas han sido rescatadas del archivo privado de autores locales, entre las que figuran las del doctor Francisco Segovia o el antropólogo que vivió en Benalup Jerome Mintz. También se exhibe una treintena de principios del XX que coinciden con las primeras visitas de los investigadores, de autores como Juan Cabré, Hernández Pacheco, Breuil o Mergelina. Muchas de ellas son inéditas, permitiendo al público adentrarse en los secretos de una época, de una zona, de un hallazgo "único que prácticamente no existe en ninguna otra parte del mundo", decía el desaparecido Lothar Bergmann sobre este conjunto prehistórico.
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