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Es la crónica de un desplome y un final casi anunciado. La Torre de Pajarete, el emblema de Villamartín, el último vestigio que queda en pie del castillo medieval de Matrera, del siglo XIII, ha sucumbido ante las últimas lluvias y el peso del tiempo y el olvido. El derrumbe hace unos días de esta torre del homenaje de la fortaleza de Matrera, insignia del escudo de esta localidad serrana, ha acabado con las tres plantas y las bóvedas del edificio, así como el muro norte, que se ha caído en su totalidad y el del oeste, que está de manera parcial. Ha quedado sólo en pie el de la zona sur que da al patio de armas. Hay que recordar que del castillo de Matrera se conservan los restos arqueológicos, así que su torre es el único edificio que se mantiene todavía en alzada.
La localidad villamartinense se ha quedado casi huérfana de parte de su patrimonio histórico local después de intentar, desde hace varias décadas, consolidar este monumento que fue declarado Bien Cultural, en 1949. Y eso que, desde mediados de los años 90, las sucesivas Corporaciones municipales han intentado dar la voz de alarma con informes que anunciaban los peligros estructurales que tenía la edificación. De hecho, el Ayuntamiento empezó a alertar, con escritos, en 2005, a la Junta de Andalucía del lamentable estado de abandono en el que se encontraba la fortificación, solicitando su inclusión en los Planes de Arquitectura Defensiva de Andalucía (PADA).
También el pueblo ha batallado arduamente en los últimos años para conocer la titularidad jurídica de este inmueble, enclavado en su término municipal, que finalmente está en manos de un particular dueño de los terrenos que lo rodean, que lo tiene registrado como exceso de cabida de su finca. Este propietario presentó ante la Junta hace dos años un plan de conservación para su mejora, con una inversión que ronda los 100.000 euros. Parece que el expediente está en tramitación y a la espera de recibir la autorización ambiental para iniciar unas obras que, de momento, llegan tarde.
Cabe recordar que una de las dificultades que entraña la visita a este emblema es la falta de un acceso al mismo ya que esta torre está enclavada en terrenos escarpados cercanos a la ermita de Nuestra Señora de las Montañas y la localidad de Prado del Rey. El castillo de Matrera fue construido en el siglo IX por los musulmanes, pero fue reconquistado primero, en el siglo XIII, por San Fernando y un siglo después por Alfonso XI. Pues bien, el Consistorio serrano inició en 2003 con motivo del V Centenario de su Fundación los primeros trabajos para conocer la situación legal del Bien de Interés Cultural (BIC) y con este motivo se encargaron estudios históricos y se realizaron diversos trámites administrativos y catastrales.
El Ayuntamiento recuerda que retomando aquellos antecedentes y afrontando definitivamente la imprescindible necesidad de proteger y conservar el patrimonio histórico y cultural de Villamartín, mediante decreto de la Alcaldía, de 21 de noviembre de 2007, se inició expediente de investigación, a fin de determinar la titularidad del BIC.
Por tanto, la institución municipal con informes jurídicos de la Secretaria General y del Museo Histórico Municipal de Villamartín intentó demostrar en 2008 su titularidad sobre este bien para incorporarlo como de dominio público, amparándose en documentos y pruebas testimoniales. Sin embargo, los propietarios rebatieron esta actuación con documentos legales que arrogaban la titularidad privada sobre esta edificación. Es más, el Consistorio local recibió una subvención de la Consejería de Turismo para la adecuación de un acceso para subir a esta torre, que quedó paralizada ante las circunstancias.
El Consistorio de Villamartín calificó ayer de "gravísimos" los daños que sufre la Torre de Pajarete o Matrera. Recuerda que ya en 2010 puso en conocimiento de la Consejería de Cultura de la Junta el imponente deterioro de este BIC, por tener competencias en la materia. "Los escritos han sido periódicos e insistentes (marzo, agosto y octubre de 2011, enero de 2012), interesándonos por el estado del BIC y anunciando las circunstancias de inminente ruina que podían llevar a producir enormes daños en la estructura medieval, como desgraciadamente ha venido a ocurrir ahora", dice. Por ello, pide que se aceleren obras de urgencia para evitar la desaparición total del monumento. Y lamenta que pese al esfuerzo de las tres últimas Corporaciones locales por luchar por la defensa del monumento, no se haya podido llegar a tiempo de impedir casi su derrumbe. La torre vigía que sabe de los Campos de Matrera y el famoso pleito con Sevilla languidece irremediablemente a la espera de un esfuerzo común para que entre todos se salve.
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