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Si Fernando Gago hubiera estado en la noche de ayer en la bodega del Castillo de San Marcos, en su querido Puerto de Santa María, hubiera disfrutado como un niño al comprobar el cariño con el que le recuerdan sus paisanos, un año después de su desaparición.
La presentación del libro El habla de Fernando Gago, escrito por su gran amigo y estrecho colaborador durante muchos años en la Concejalía de Turismo del Ayuntamiento portuense, José María Morillo, sirvió de excusa para rendir todo un homenaje a la persona del ex alcalde de El Puerto.
La presencia de unas doscientas personas hizo que se quedara pequeño el aforo previsto, en un acto entrañable que fue conducido por el jefe de Televisión del Grupo Joly, Francisco Andrés Gallardo y que contó con las intervenciones del editor del libro y responsable de El Boletín, Eduardo Albaladejo, el prologuista del volumen, el abogado Luis Suárez Ávila, la edil de Educación y Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de El Puerto, María Antonia Martínez, y el autor, José María Morillo. Todos ellos fueron destacando las principales características de Fernando, un auténtico caballero con un enorme sentido del humor.
El acto comenzaba con unos toques de clarines y en las diferentes intervenciones, los participantes fueron destacando las principales virtudes y cualidades del político portuense, que a ratos parecía estar presente en la sala ya que en todo momento su espíritu amable y socarrón sobrevoló el ambiente. Se notaba que quienes acudieron al acto le habían conocido y la habían apreciado, y a cada palabra de recuerdo, a cada anécdota o chascarrillo se despertaban las sonrisas en las caras de los presentes.
En primera fila se encontraban la viuda y las hijas de Fernando y una de ellas, Verónica, intervino en nombre de la familia. Lejos de pronunciar un discurso triste o solemne hizo lo que más le hubiera gustado a su padre, quitar hierro al asunto y bromear con el respetable.
El libro de José María Morillo, fruto de sus largas horas de trato con Fernando prácticamente desde su infancia -a través de la relación de amistad que mantenía con su padre, Pepe Morillo- refleja la vida y la trayectoria del político portuense y ofrece de la A a la Z un palabrario en el que se pueden encontrar las más célebres citas y expresiones de una persona culta e instruida que dominaba el lenguaje y lo utilizaba con una gracia y un ingenio dignos de elogio.
Durante el acto de presentación no faltó tampoco la música, que llegó de la mano del violinista Fernando Franco García, quien interpretó el Adaggio de Albinoni, una de las piezas preferidas de Gago.
Un cuidado montaje audiovisual puso el broche de oro a la presentación, con una serie de imágenes en las que se intercalaban distintos momentos de la vida de Fernando Gago desde su infancia hasta su última etapa. A través de esas imágenes Fernando estuvo presente anoche junto a los portuenses que con su participación en el acto quisieron rendirle homenaje.
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