La declaración de amor de Lorca consigue el lleno en el Muñoz Seca

El espectáculo 'Llanto por Ignacio Sánchez Mejías' logró seducir al público portuense

Uno de los momentos de la primera escena del espectáculo, 'Fiesta por bulería'.
Uno de los momentos de la primera escena del espectáculo, 'Fiesta por bulería'.
Adrián V. B. El Puerto

17 de junio 2013 - 05:00

El teatro municipal portuense Pedro Muñoz Seca albergó en la noche del sábado el espectáculo Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, basado en el trabajo del poeta Federico García Lorca y cuya puesta en escena corrió a cargo del Ballet Flamenco de Andalucía.

A pesar de que el comienzo del montaje de la compañía pública estaba anunciado para dar comienzo a las 21:00 horas, no fue pasadas las y diez cuando un teatro con la casi totalidad de las entradas vendidas se tiñió de negro para retroceder hasta los últimos días de vida del torero Ignacio Sánchez Mejías.

Nada más levantarse el telón los bailarines se arrancaron a danzar detrás de una pantalla en la que se iban proyectando lágrimas mientras un Federico García Lorca taciturno iba recorriendo lentamente la práctica totalidad del escenario. Una vez finalizado el obituario, denominado En el recuerdo, comenzó una gran fiesta por bulería donde Eduardo Leal, en el papel del torero, Rubén Olmo, encarnado en Lorca, y la mujer de Ignacio, Lola Gómez, interpretada magistralmente por Patricia Guerrero, se fueron alternando arrancando fuertes aplausos por parte de un público que no quitó la vista sobre todo el cuerpo de baile y los músicos.

Fuego fatuo, Tangos de Graná, Fandango de Huelva, Pasodoble, y Vaquilla, el nombre que reciben las partes de la primera escena, se fueron sucediendo instantáneamente sin dejar al público un tiempo para un descanso visual. Después de diferentes cambios en la iluminación y elementos de la puesta en escena llegó uno de los momentos más críticos del espectáculo, la muerte del protagonista, el torero y amor prohibido de Federico García Lorca, Ignacio Sánchez Mejías. Toda la compañía, vestida con un impecable color negro, se iba transformando en un toro que el torero iba dándole capotazos con gran maestría, hasta que finalmente fallece debido a una cogida.

La tercera escena, la que incluye Enfermería y Sangre derramada, contiene una sincronización perfecta entre todos los miembros del cuerpo de baile, donde el dolor y el llanto por Ignacio se hicieron presentes en el escenario y pronto se contagió por todo el público asistente, entre el que se encontraba público extranjero.

En Cuerpo presente Lorca vuelve al escenario para llorar la muerte de su gran amor perdido, con un escenario lleno de niebla que simbolizaba el misterio de la muerte.

El espectáculo fue llegando a su fin, uno de los momentos más aclamado fue el que protagonizó el fallecido torero junto con su amigo poeta, bailando con un capote azul con lágrimas negras.

Una vez que el montaje llegó a su fin, el público se levantó para aplaudir a esta historia de amor prohibido.

stats