Fallece el cantaor gaditano Juan Silva
El artista era uno de los referentes de los estilos propios de Cádiz Sus restos se encuentran en el Tanatorio Virgen del Rosario
Cádiz anidó en la garganta de Juan Silva. Así, cuando el flaco y recio cantaor abría la boca, la sal y el son gaditano salían a borbotes en formas y fondo. El cante no muere, el cante vive y con él, a través de él, una parte de Juan Silva se queda con nosotros para siempre a pesar de que su cuerpo dejara de funcionar durante el día de ayer tras una larga enfermedad que lo tenía entrando y saliendo del hospital en los últimos meses con demasiada frecuencia. Pero ayer Juan Silva, flamenco payo, artista por los cuatro costados, murió en su casa a las cinco de la tarde con 66 años de edad.
Dominador nato de los estilos gaditanos, saetero reconocidísimo, Juan Silva (Cádiz, 1947) deja este mundo con un largo listado de logros en su carrera, entre ellos, numerosos premios conseguidos en diversos certámenes. De hecho, tras conseguir uno de esos premios -Concurso de Cante por Tientos de 2008- que no venían más que a refrendar lo que ya Cádiz sabía, lo que supo siempre, su gran talento, el cantaor explicaba en una entrevista con este periódico que lo que distingue a los cantes de Cádiz es su dulzura y la forma tan especial de interpretarlos, siempre más despaciosa, como en la soleá o en la seguiriya. Y al darle a elegir entre algunos de ellos, él se quedaba con las alegrías y con la malagueña de El Mellizo, por sus bajos tan difíciles . En cualquier caso, concluía, "los estilos de Cádiz son diferentes a todos y para hacerlos bien hay que haber nacido aquí".
Así, a Juan Silva no le faltaron fuentes orales. De ellas bebió. Perteneciente a la generación que sería posterior a la de Aurelio Sellé, Silva tuvo la suerte de poderlo escuchar de cerca, gracias a que entre su padre y el maestro de Santa María existía amistad, pero, sobre todo, porque su hermana mayor, Encarna, que fue bailaora, era la artista a la que Aurelio solía reclamar para las fiestas.
Juan acompañaba a menudo a su hermana mayor a las mejores actuaciones de la época, y así fue empapándose de los cantes de la mano de Aurelio, El Pilili o El Cigarrito. De la misma forma, fue un precoz debutante en la inauguración de La Cueva del Pájaro Azul. Él era apenas un niño, pero recordaba con exactitud que esa noche, junto a su hermana, actuaron, entre otros, El Pilili, El Cigarrito y Manolo de Córdoba.
Juan Silva tiene registrados dos discos. Uno colectivo de saetas junto a Carmen de la Jara y Rancapino, y otra grabación en solitario que produjo el irlandés residente en Cádiz, Sean O'Brien.
Los restos mortales de Juan Silva se encuentran en el Tanatorio Virgen del Rosario de Cádiz donde a las 17.00 horas se celebrará el responso por su alma. Una hora después, su cuerpo será incinerado en el cementerio de Chiclana.
Cádiz, sin él, se queda un poquito más mudo.
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