Neandertales y el arte abstracto

El arqueólogo Francisco Giles, codirector del proyecto Gibraltar Cave, descubrió el grabado del Paleolítico medio que evidencia la capacidad más avanzada del pensamiento

Grabado único realizado por neandertales en la Cueva Gorham de Gibraltar.
Grabado único realizado por neandertales en la Cueva Gorham de Gibraltar.
Virginia León Cádiz

05 de septiembre 2014 - 05:00

La capacidad de representar más allá de nuestra realidad visible, de los elementos que nos rodean, hasta alcanzar la simbología propia del arte abstracto, ya era terreno neandertal. Así lo corrobora el exhaustivo estudio que se ha llevado a cabo sobre el grabado que hace un par de años descubrió el arqueólogo portuense Francisco Giles, exdirector del Museo de El Puerto de Santa María y director de la excavación. Fue el primero en visualizar los trazos de unas líneas cruzadas realizadas en la pared de la cueva de Gorham, en Gibraltar, que en estos días ha dado la vuelta al mundo, tras publicarse en una revista científica de impacto internacional, PNAS (Proceedings of the National American Society of USA).

Giles, codirector del proyecto de investigación Gibraltar Cave Proyect, dirigido a su vez por Clive Fynlayson, director del Museo de Gibraltar, narra a este medio el momento en que se enfrentó a estas marcas grabadas en el suelo que "parecían antrópicas", mientras trabajaba en uno de los sectores del interior de la cueva. "Al principio se puso en duda por la antigüedad, pues estábamos en los niveles paleolíticos medio -año 35.000 y 40.000-". Y es que se trata del primer grabado simbólico de esta época localizado en Europa, "que a su vez indica una capacidad de pensamiento más avanzada", hasta ahora atribuida ya al hombre moderno, al homo sapiens.

El grabado se realizó sobre una pequeña plataforma horizontal de roca en el suelo. El dibujo es una trama rectangular incompleta de ocho líneas grabadas principales entrecruzadas, oblicuamente cortadas por otros grupos de líneas cortas, finas y menos profundas.

Un hallazgo inédito que Francisco Giles inserta modestamente como "una nueva experiencia" en una trayectoria repleta de logros históricos, como lo fue el descubrimiento del Teatro Romano de Cádiz hace ya 30 años, entre otros muchos realizados por numerosos puntos del planeta. Un nuevo hito cuyo logro atribuye a un equipo multidisciplinar entre los que figuran Joaquín Rodríguez Vidal, geólogo y catedrático en geomorfología y paleontología de la Universidad de Huelva y la dirección del Museo de Villamartín, entre otros expertos biólogos, paleontólogos, etc. procedentes de Reino Unido, Francia y Gibraltar.

Giles explica que pronto sospecharon la relevancia del descubrimiento. Por eso se ha realizado una profunda investigación con el fin de comprobar que nada en estos trazos entrecruzados grabados en la roca era casual. Desde el Centro de Estudios e Investigaciones de la Universidad de Burdeos se comprobó su carácter antrópico, explica Giles. Es decir, que los habitantes de esta cueva, 39.000 años atrás, escogieron este espacio para emprender sus propias representaciones gráficas, alejadas del arte figurativo, fruto de un pensamiento más avanzado que conduce a lo que consideramos arte abstracto.

Para estudiar la naturaleza de estas marcas se utilizaron herramientas líticas fabricadas por los propios neandertales, y así comprobar de qué forma grababan en la piedra.

Una prueba fehaciente de que el hombre neandertal era más inteligente de lo que se pensaba, era más humano y menos animal de lo que se creía, decía estos días el codirector de Atapuerca. Una noticia que ha causado un gran impacto en la comunidad científica internacional.

Pero no es ésta la única novedad que ha surgido en torno a las investigaciones que se vienen realizando en la cueva Gorham de Gibraltar desde hace años. Francisco Giles revela que también se ha comprobado el uso de plumas como motivos de ornamentación simbólica. "También se localizaron restos de ave, sobre todo de córvidos y rapaces, manipulados con instrumentos de piedra". Pero no sólo cazaban este tipo de aves, también se ha demostrado que consumían bastante palomas y pichones.

Francisco Giles, que en la actualidad está convaleciente, asegura que próximamente seguirá trabajando en el proyecto, cuyos resultados alcanzados hasta ahora han impulsado al gobierno inglés a proponer a la Unesco su candidatura para ser declarado como Patrimonio de la Humanidad.

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