El documento destacado del Archivo recrea las almadrabas del siglo XIX
El expediente seleccionado para el mes de abril demuestra las tensiones entre los pueblos almadraberos por la conflictiva sustitución de la almadraba de tiro por una de buche
El Archivo Histórico Provincial continúa con su programa de difusión histórica 'El documento destacado', que ha venido mostrando cada mes desde el año pasado documentos relevantes de esta institución. Coincidiendo con el próximo inicio de la campaña en las almadrabas gaditanas, el documento destacado de abril está dedicado a La pesca del atún en las almadrabas. Los conflictos del siglo XIX. El documento puede ser visto en el propio archivo en horas de visita, a través del portal de la Consejería de por medio de la página de Facebook del propio Archivo Histórico Provincial.
El Gobierno Civil tenía entre otras funciones la administración de la caza y la pesca en el ámbito provincial. Referido a esta atribución, se encuentra un extenso expediente en el que se tratan diversas cuestiones relativas al calamento de almadrabas en un momento histórico de interesantes cambios, tanto en los agentes implicados, una vez abolidos los privilegios con que contaba la casa ducal de Medina Sidonia, como en las técnicas empleadas.
Así, el expediente seleccionado muestra la conflictiva sustitución de la almadraba de tiro, que empleaba a una ingente cantidad de personal, por la de buche, más acorde con la concepción mercantilista que se estaba imponiendo, y que generará no pocas tensiones en los pueblos almadraberos.
El expediente trata dos asuntos planteados por dos particulares. Por un lado, Rafael Tomaseti, empresario de la almadraba de Sancti Petri pretende calar en esa playa una almadraba de buche, que por aquel entonces estaba prohibida. Con una larga y convincente exposición sobre las bondades de dicho ingenio -que repercutirían en el bienestar de los vecinos de San Fernando- y arremetiendo contra los pescadores de Conil, que eran los que habían logrado su prohibición, y contando con los informes de Ayuntamiento y Diputación se eleva la decisión al Jefe Político y éste al Ministerio de Gobernación, logrando finalmente su autorización.
Por otro lado, José Guerra, empresario de Chiclana, que dice tener arrendada la playa de la Barrosa en exclusiva, se opone a que los vecinos de Chiclana faenen allí, amparándose en las concesiones que se hicieron al gremio de mareantes.
Tras un incidente en esa playa, en que el Ayudante Militar de Marina y algunos cabos matriculados expulsan a los vecinos, se inicia un "pulso" entre unos y otros en que cada uno intenta hacer valer sus derechos.
Entran en conflicto, pues, diversas administraciones: Ayuntamiento y Diputación en defensa del derecho de los vecinos, mientras la Capitanía de Marina, como representante del gremio de mareantes y del empresario José Guerra, defiende la vigencia de los Decretos de 1817, en que se adjudica al gremio de mareantes la propiedad de las almadrabas
Históricamente, la Toma de Tarifa se considera un punto de inflexión en la explotación de las almadrabas. En agradecimiento a su conquista Sancho IV concedió a Alfonso Pérez de Guzmán el monopolio de la pesca del atún en toda la costa, privilegio que fue confirmado en 1295 por Fernando IV.
Posteriormente, el monopolio sobre las almadrabas de los duques de Medina Sidonia fue disputado por otras casas nobiliarias como los Enríquez, que pretendían las almadrabas de Tarifa o los Ponce de León, las de Cádiz y Sancti Petri que les llevaron a mantener continuos pleitos ante el Tribunal de la Real Chancillería de Granada.
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