Alcances proyectará documentales clandestinos durante el franquismo

La próxima edición de Alcances proyectará, dentro del ciclo 'Una cierta idea de España', varios documentales de corte social que fueron filmados de forma clandestina durante el tardofranquismo. El programa ha sido concebido como una panorámica de documentales que han ido reflejando, durante casi medio siglo, la realidad social española. En concreto, serán tres las películas de corte reivindicativo que no contaron ni con visto bueno ni con distribución dentro la dictadura: Largo viaje hacia la ira, El campo para el hombre o El sopar. De ellas, la primera fue dirigida por Lorenzo Soler, un realizador caracterizado por hacer un cine "guerrillero, al margen de todo", comenta al respecto el programador del festival, Javier Miranda. Fechada en el 69, Largo viaje hacia la ira retrata el flujo de inmigración interna que vivió el país durante la década de los sesenta, centrándose en el área metropolitana de Barcelona. El campo para el hombre y El sopar muestran, respectivamente, la evolución de la España agrícola y la problemática de los presos políticos, en una cinta que fue filmada el mismo día de la ejecución de Puig Antich.

El objetivo de 'Una cierta idea de España', explican desde la muestra, es "reflexionar sobre el momento de nuestra historia en el que nos encontramos como colectividad, y comprobar como, desde el franquismo hasta la España de 2016, se han mantenido una serie de constantes. La necesidad continuada de nuestra sociedad de reflejar lo que estaba ocurriendo en las calles nos hace meditar sobre si realmente hemos evolucionado tanto, ya que algunas películas, a pesar de realizarse en años y épocas políticas distintas, riman entre ellas de una forma escalofriante".

Can Serra, Informe general y Amnistía y libertad, los siguientes títulos de la lista, fueron rodados entre 1975 y 1977, entre el limbo del franquismo y las primeras elecciones democráticas. Tanto estas dos primeras, como El campo para el hombre fueron proyectos desarrollados por colectivos con fines más políticosociales que cinematográficos: "Se proyectaban de manera clandestina, dentro del movimiento de oposición al régimen", explica Miranda. Tampoco hubieran podido proyectarse ni distribuirse de otra manera, con unos planteamientos tan críticos como los que mostraban: "Además, el sistema de rodaje durante la dictadura implicaba obtener un permiso previo, para que la administración supiera en qué ibas a estar trabajando -continúa Javier Miranda-. Por supuesto, estas películas obviaron ese trámite: se rodaban con cámaras de 16 milímetros, más manejables. Si los hubiesen cogido grabando sin permiso, les podía haber caído un buen multazo, Curiosamente, y esa es una de las ideas motores del ciclo, ahora con las digitales se ha vuelto un poco a cerrar ese círculo".

Como nexo entre el primer y el segundo bloque del ciclo, dos documentales de primeros de siglo: Entre el dictador y yo y 200 km. El segundo bloque lo abre Mi querida España, una producción de 2015 de Mercedes Moncada que relata la historia reciente de España a través de entrevistas de Jesús Quintero y de las coplas del carnaval de Cádiz. Este segundo bloque se completa con los títulos Informe general II, Frankenstein-04155, No estamos solos y Alcaldessa, completando así un mapa de la realidad de compromiso y protesta social en nuestro país: "Resulta que cuarenta años después, hay que volver a salir a las calles para recoger lo que está pasando, y también para seguir protestando por cosas básicas -apunta Miranda-. Como ejemplo de esta correspondencia, vamos a proyectar juntas Amnistía y libertad de 1976 y No estamos solos, del año pasado. En la primera salen las broncas de la época por las libertades básicas, mientras que en la segunda, tenemos las mareas, los de las preferentes, los antidesahucios, etc".