La historia de Cádiz cierra por la tarde

Los principales equipamientos como Gadir, el Museo de Cádiz y el Teatro Romano no superan las 18.00 horas en pleno verano Los espacios privados y los baluartes salvan esta carencia

El Teatro Romano ha abierto recientemente sus puertas.
El Teatro Romano ha abierto recientemente sus puertas.
Virginia León Cádiz

21 de agosto 2016 - 05:00

Con una exitosa ocupación hotelera que este año supera el 90 por ciento en Cádiz -con las mejores cifras de los últimos veranos-, la ciudad sigue desaprovechando sus encantos históricos y patrimoniales, insistiendo en un turismo estacional, de sol y playas, pese a lo que venden todos los gestores políticos. Sólo esto explica que los principales espacios culturales de Cádiz cierren por las tardes, sobre todo, en una tierra donde la playa apetece mientras aprieta el sol, y donde el levante puede volverse en contra, como ha ocurrido buena parte de este verano, sin ir más lejos. Si esto sucede, si el viento se impone y el turista o el propio gaditano desespera en su jornada playera, tampoco tendrá la oportunidad de conocer la historia de la ciudad más allá de las seis de la tarde. Sin más.

Así lo corroboran los horarios de espacios tan importantes como Gadir -único emplazamiento que argumenta de una forma excepcional la fundación fenicia de Cádiz y su evolución-, el Teatro Romano, recién abierto tras seis años de dilatadas obras, o el propio Museo Provincial de Cádiz, máximo exponente del arte en la ciudad, que atesora importantes piezas pictóricas y los más importantes hallazgos arqueológicos realizados a lo largo de las últimas décadas en la provincia, con los sarcófagos antropoides como grandes referentes. Pues ninguno de estos espacios, gestionados por distintas administraciones públicas -Ayuntamiento y Junta de Andalucía- superan las 18.00 horas en verano, justo la época del año en que debe venderse el potente arsenal histórico de esta ciudad que, en esta materia, sigue como anclada en los tiempos.

Salvan esta falta de perspectiva turística la apertura de otros espacios también muy demandados como castillos y baluartes, así como de los enclaves privados, ante el lógico razonamiento de que las tardes de verano en una ciudad costera y con una historia tan rica son cruciales en la difusión y proyección de todos estos equipamientos culturales. Otros espacios de gestión pública como el ECCO -al que se quiere dar un impulso con una programación abierta a todos este verano- o el Centro Cultural Reina Sofía, ambos municipales y no tan visitados como los mencionados, cierran sus puertas a las 21.00 horas.

Para ser exactos, Gadir funciona a través de pases y visitas guiadas, desde las 10.00 de la mañana, hasta las 17.00 horas el último. Es sin duda uno de los mejores equipamientos de la ciudad, por sus contenidos y museografía, pero no sólo cierra temprano, sino que no se difunde como merece. El Teatro Romano, recién abierto al público con un nuevo recorrido y su centro de interpretación, también abierto hace más de un año, cierra a la misma hora, impidiendo así una mayor dinamización del barrio del Pópulo y su hostelería en la franja horaria de la tarde noche. La Fábrica de Salazones, que ha estado cerrada este verano, cierra habitualmente a las 14.00, mientras que el Museo Provincial de Cádiz continúa cerrando a las 15.30 horas. Un horario para nada compatible con el de un turista que pasea y colma la ciudad cada tarde noche, como se ha podido comprobar este verano.

En la lista de los horarios más mermados también aparecen el Museo de las Cortes, que cierra a las 18.00, al igual que el Museo Litográfico (siendo éste de los menos visitados pese a sus interesantes contenidos). A las 19.00, una hora que también se queda algo corta, impide el paso el Museo del Títere. En este terreno se queda mucho más corto el Centro de Interpretación de la Constitución de 1812, que cierra a las 13.45 horas, por no mencionar el cierre prolongado que mantiene el yacimiento arqueológico Casa del Obispo debido a las desavenencias continuadas en el tiempo entre la gerencia del enclave y el Ayuntamiento de Cádiz.

En cuanto al patrimonio eclesiástico, se mantiene abierto al público hasta buena hora de la tarde, salvo una de las joyas que contiene el Hospital de Mujeres, que es la Capilla de Nuestra Señora del Carmen, pues en verano cierra a las 13.30 horas.

A favor del circuito turístico por las tardes se posicionan el Castillo de Santa Catalina y San Sebastián (con buena parte a la espera de reforma) y el Oratorio de San Felipe Neri, a las 20.30, la Catedral de Cádiz, a las 21.00, y la Torre Tavira (que cierra a las 20.00). Resulta también destacable que salvo estos dos últimos espacios culturales, ningún otro cuenta con página web propia, pese a que aparecen en la del Ayuntamiento gaditano o de la administración andaluza. Otra muestra de la falta de miras en un sector, el turismo cultural e histórico, que debería posicionar a Cádiz en las agencias de viajes del mundo, más allá de sus espléndidas playas.

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