El enorme valor de lo pequeño

No todo lo magnífico tiene que ser grandioso. Hay objetos de insignificante tamaño que, sobre todo juntos, conforman un tesoro de enorme valor. Así ocurre con la colección de miniaturas de la periodista madrileña Susana López del Toro, donde sobresalen, pese a su pequeñez -no más de 75 milímetros de altura-, los más de 2.000 libros que con minucioso afán ha ido reuniendo a largo de los años y que desde 2006 ha sido capaz de seleccionar y organizar en una exposición itinerante que, bajo el título La biblioteca de Liliput, reúne casi a la mitad de su colección privada y que desde el próximo miércoles se podrá contemplar en la Biblioteca Provincial de Cádiz. La muestra, que trae la Delegación Provincial de Cultura, forma parte de las actividades de fomento de la lectura. Con lupa en muchas ocasiones, eso sí, pero lectura al fin y al cabo.

Los mil libros que integran esta exposición muestran al visitante una selección "representativa" de la edición bibliográfica en miniatura, según explica Susana López, que atiende a este periódico por teléfono mientras prepara en su domicilio de Madrid los libros que viajarán a Cádiz. Es una exposición que visita por primera vez Andalucía y que se gestó "de casualidad", después de que López del Toro ofreciera su colección para uno de los actos del 25 aniversario del colegio de su hijo.

Aquella primera exposición, en abril de 2006, tuvo carácter interno, sólo para los alumnos del centro. Pero, como suele pasar con los actos interesantes, funcionó el boca a boca y la exposición se abrió con el paso de los días al público. Aquel modesto e incipiente éxito dio pie, ya en 2007, a una exposición en el Alcázar de Toledo, lo que otorgó a la muestra una publicidad mediática no esperada que ayudó a Susana López, editora de la revista Cosmopolitan, a darse cuenta de que poseía un pequeño tesoro que no podía ni ocultar ni desperdiciar.

Los más de 2.000 minúsculos libros que posee son fruto de su gusto personal por el coleccionismo de miniaturas en general, y por los libros en particular, lo que le ha permitido reunir una valiosa colección de volúmenes que van desde un abecedario de dos milímetros de altura, donde en cada página hay una letra impresa, hasta la española colección de los Crisolines, que la editorial Aguilar empezó a editar como objeto de regalo en 1946 y que hoy constituye, con sus 300 ejemplares, el tesoro más significativo de la edición en miniatura en España. Los Crisolines son, además, la excepción al tamaño de los libros que integran la exposición, pues son de los pocos que, con ocho centímetros, sobrepasan la medida máxima de estas minúsculas ediciones, cuyo patrón manda que no superen los 75 milímetros.

La muestra que acogerá la Biblioteca Provincial se abre con una pequeña joya: la perfecta reproducción, por supuesto en miniatura y con una anchura de unos 40 centímetros, de un despacho de estilo victoriano cuyas estanterías albergan los primeros 300 libros de la exposición.

Después se suceden el resto de volúmenes, agrupados mayormente por su temática pero también por un orden cronológico que arranca con los ejemplares más antiguos: un volumen sobre la vida de Tomás de Kempis, impreso en Florencia en 1535, pero también una Biblia Copta del siglo XIV, algunos manuscritos sueltos del Libro de Horas o facsímiles que el afán coleccionista de Susana López le ha permitido conseguir buscando y rebuscando en librerías, subastas o ferias especializadas.