'Raíces y Alas', la inspiración andaluza de Juan Ramón Jiménez
Flamenco
Carmen Linares interpreta los versos del poeta onubense con las composiciones del guitarrista Juan Carlos Romero
El título del disco proviene de un aforismo del poeta. Juan Ramón Jiménez escribió: "Raíces y alas, pero que las alas arraiguen y vuelen las raíces a continuas metamorfosis". Tras sus palabras, toda una filosofía que mucho ha tenido que ver en la concreción de un proyecto que se presentó siempre como un reto novedoso. Porque -resulta curioso- el flamenco no se había acercado a la obra del poeta de Palos de Moguer. Lo había hecho con muchos otros, algunos muy lejanos culturalmente, otros con una reiteración rayana en el exceso. Pero con Juan Ramón parecía existir una vieja deuda. Dos mentes inquietas, la cantaora Carmen Linares y el guitarrista onubense Juan Carlos Romero, charlaban de poesía un día cualquiera cercano a la conmemoración del cincuentenario de la concesión del Premio Nobel en 1956, cuando cayeron en la cuenta de tan curioso hecho. Y se pusieron manos a la obra.
Cada uno con su tarea y en casa fue leyendo y seleccionado poemas, cruzando correos, Romero componiendo… así hasta la primavera de este año en que se metieron en un estudio (en El Rocío, en Huelva, cómo no) para dar forma a este trabajo que se presentó en la pasada Bienal de Sevilla con un notable éxito. La organización otorgó a Romero el Giraldillo del Toque por su interpretación en la puesta en escena de la obra y los críticos de prensa, reunidos por primera vez para este fin, le otorgaron a Raíces y Alas el premio a la Mejor Obra Musical de la cita hispalense. En estas fechas, coincidiendo con otra efeméride del poeta, el cincuentenario de su muerte, el disco está por fin disponible.
Para Carmen Linares (Premio Nacional de Música en 2001 y Medalla de las Bellas Artes en 2006) no es la primera ocasión que se enfrenta a la obra de un poeta andaluz, siendo muy recordada su participación en la obra Locura de Brisa y Trino del guitarrista Manolo Sanlúcar, inspirada en El Diván del Tamarit de Federico García Lorca. Juan Carlos Romero, además de sus trabajos propios como Romero (Harmonía Mundi, 2004) y Azulejo (World Village, 2007), lució como compositor en el disco Tierra de Calma (Discmedi, 2006) junto al cantaor Miguel Poveda, donde firmaba la mayoría de textos y músicas.
Pero, ¿se puede considerar a Juan Ramón flamenco? Tanto la cantaora como el guitarrista y compositor coinciden en que no estamos ante un poeta que se pueda considerar flamenco. Romero sí alude a la naturaleza marcadamente andaluza que, además de universal, tiene su obra, un espacio común que, para él, ha sido un nexo muy importante al que agarrarse. Carmen, por su parte, incide en el carácter esplendoroso de sus versos y en la fuerza de sus sentimientos. Con esas premisas, no resulta extraño que Juan Carlos Romero, a la hora de encargarse de la composición, estableciese, a modo de condición, sentirse libre de esquemas para hacer un disco que no tenía que atenerse a estilos o formas flamencas concretas.
Claro que -como Carmen ha opinado-, difícilmente podría salir algo que no fuera flamenco si se trata del proyecto conjunto de una cantaora y un guitarrista que no son más que eso. La lectura de los versos añadiría, incluso, más de una sorpresa, como la del poema Con tu voz que se atenía métricamente a los versos de un martinete. En cualquier caso, los dos creadores vuelven a coincidir en un hecho: no se trataba de llevar al poeta al terreno flamenco, sino de que el flamenco se acercara al poeta.
Del resultado del proyecto conjunto la cantaora afirma que no ha sido un trabajo fácil. Primero, porque en él existen sensaciones y giros que no son propios del flamenco, y, segundo y principal, porque, en una obra de estas características, no se trata sólo de cantar, sino también de interpretar, de meterse en la piel del poeta y, a la vez, hacer de los versos y las músicas algo propio. El guitarrista opina que se ha sentido libre para componer lo que los poemas le han ido sugiriendo. En ocasiones, su inspiración le han sugerido géneros flamencos concretos (alegrías, soleares, martinete…), en otros no ocurre así, pero las músicas o sus giros remitirían en casi todos los casos al flamenco.
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