"Sabemos poco de cómo nuestra percepción construye la realidad"

Esta tarde se inaugura en la Fundación NMAC de Vejer la obra 'Second wind 2005', del artista norteamericano James Turrell, quien pretende que el visitante reflexione y se haga preguntas sobre sí mismo

James Turrell en el bosque donde ha instalado su proyecto, en la Dehesa Montenmedio.
James Turrell en el bosque donde ha instalado su proyecto, en la Dehesa Montenmedio.
Redacción / Cádiz

30 de mayo 2009 - 05:00

"Sabemos poco de cómo nuestra percepción forma la realidad en la que vivimos", comenta el artista norteamericano James Turrel. Esta tarde, se inaugura en el bosque de la Fundación NMAC, en la Dehesa Montenmedio de Vejer, la primera obra de carácter permanente de Turrell en España. La ha llamado Second wind 2005 y con ella pretende mostrar "cómo tu percepción construye lo que está fuera".

El pasado jueves, el artista norteamericano junto con Jimena Blázquez, directora de la Fundación NMAC y comisaria de este proyecto, mostró a los medios de comunicación su obra. No quiso dar ninguna indicación de cómo enfrentarse a ella porque piensa que debe ser algo personal. Su objetivo es que el visitante se haga preguntas, que piense y se cuestione sobre sí mismo y su realidad.

La único que recomendó fue el momento mejor para adentrarse en Second wind 2005: al amanecer o al anochecer. Por eso convocó a última hora de la tarde a los medios de comunicación y por eso la obra se inaugura hoy a partir de las ocho de la tarde.

El proyecto de James Turrell se encuentra bajo tierra. Desde la superficie sólo se ve una mínima parte. Hay que adentrarse en una de las colinas del bosque de la Fundación para contemplar la obra en su plenitud. A través de un túnel se accede a una pirámide hueca, formada entre dos espacios de piedra -hay que verlo para poder entenderlo bien-. Y dentro de ella se encuentra una estupa rodeada de una piscina de la que cae agua continuamente. Al entrar, el agua está al nivel de los ojos, pero a medida que se rodea la piscina -por la derecha o por la izquierda, da igual-, el nivel va bajando hasta que en la entrada de la estupa el agua se encuentra a los pies del visitante. Dentro, hay una estancia con un banco de piedra corredizo pegado a la pared. Ahí es donde el público puede sentarse a contemplar el cielo y los cambios de luz a través de la abertura circular del techo de la estupa.

La primera pregunta que se puede plantear es "¿por qué entrar en una estructura para ver lo que hay en el exterior?" La cuestión se va respondiendo durante la observación.

Hay que ir con tiempo, porque las variaciones son lentas y el proceso dura unos 45 minutos, durante los que el visitante se va relajando.

Antes de que anocheciera, el cielo, que estaba despejado, se veía azul claro a través de la abertura del techo. A medida que iba oscureciendo, la luz del interior de la estupa iba cambiando de color y la percepción del cielo también iba variando. Incluso era diferente según el lado de la estupa desde el que se observase el cielo. El azul se tornó verde, luego gris, rosa, violeta, lila, turquesa... Hasta que la iluminación de la estupa se hizo blanca y el cielo negro. Impresionante.

Esta obra en la que existe un diálogo entre arte y naturaleza ha llevado cuatro años de trabajo, que ha estado supervisado por el propio James Turrell, quien ha venido desde Estados Unidos en varias ocasiones para guiar a los trabajadores "en momentos clave". Una vez que el proyecto ha concluido y el artista ha visto el resultado, asegura que "merece la pena todo el esfuerzo".

Él forma parte de un movimiento que trabaja con la luz y el espacio en California. Afirma que "antes, se sacaba arte de la naturaleza y se llevaba a las ciudades, pero con este movimiento y con instituciones como la Fundación NMAC es al revés, se atrae a las personas hacia el arte en la naturaleza".

James Turrell es un enamorado de la luz y dice sentirse aquí como en casa porque encuentra mucho parecido entre el clima de esta zona y California, donde él vive. "Este tipo de museos como la Fundación NMAC me entusiasman porque puedes hacer cosas diferentes, que están fuera de los cánones establecidos", agregó.

Desde hoy, es posible vivir un anochecer diferente en Montenmedio gracias a este artista.

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