Muere en París Lévi-Strauss, padre de la antropología moderna

El intelectual francés falleció el sábado a los cien años y fue enterrado poco antes de que ayer se hiciera pública la noticia · Su libro 'Tristes trópicos' es uno de los principales textos del siglo XX

Claude Lévi-Strauss, fotografiado en París en marzo del año 2005.
Claude Lévi-Strauss, fotografiado en París en marzo del año 2005.
Javier Albisu (Efe) / París

04 de noviembre 2009 - 05:00

El francés Claude Lévi-Strauss, uno de los pensadores más importantes del siglo XX y considerado pionero y padre de la antropología moderna, falleció el sábado a la edad de cien años, aunque la noticia de su muerte no se hizo pública hasta ayer.

Con la desaparición de Lévi-Strauss, el mundo del razonamiento ha perdido a un notable intelectual, cuyos restos descansan ya en la localidad de Lignerolles, en la Borgoña francesa, donde el sabio centenario fue enterrado antes de que se divulgase la noticia de su defunción.

"Un gran sabio, siempre abierto al mundo" y "uno de los más grandes etnólogos de todos los tiempos" que "llevó a lo más alto la reputación de las ciencias humanas y sociales francesas", dijo de él el presidente francés, Nicolas Sarkozy, al conocer la noticia de la defunción.

Al homenaje presidencial se sumó el de la diplomacia y, en su nombre, el ministro galo de Exteriores, Bernard Kouchner, se refirió al antropólogo como a "un visionario" para el que "la investigación científica ha estado siempre marcada por una gran exigencia moral".

Hijo de un judío agnóstico, Lévi-Strauss nació en Bruselas en 1908 y fue en 1955 cuando publicó Tristes Trópicos, una narración melancólica y autobiográfica de sus viajes que sería el origen de la corriente estructuralista.

Los etnólogos me acusan de haber hecho un trabajo de aficionado, y el público un libro de erudición. Todo esto me es indiferente", afirmó el autor. Tristes trópicos no cesó de ser traducido y reeditado. Claude Lévi-Strauss lo consideraba un libro escrito "demasiado rápido y sin reflexión". En vísperas de la atribución de su prestigioso premio, la academia Goncourt lamentaba no poder laurear el libro, puesto que no es una novela.

"Odio los viajes y a los exploradores. Y aquí me dispongo a relatar mis expediciones", comienza el célebre libro de Lévi-Strauss quien, fiel a sí mismo, se terminaría convirtiendo en un investigador de biblioteca desde donde elaboraría una serie de obras que le llevaron a ser el gran maestro de la antropología moderna.

El académico francés, que había cursado estudios de Derecho y Filosofía en la universidad de la Sorbona, abandonó la docencia en esta última disciplina gracias a una invitación del etnólogo Marcel Mauss para ingresar en el recién creado departamento de etnografía.

De esa forma, el hombre que terminaría ejerciendo una influencia decisiva en la filosofía, la sociología, la historia y la teoría de la literatura, se interesó por la antropología.

Y sería precisamente esa materia la que le concedería un "lugar preeminente entre los investigadores del siglo XX", explicaba a Efe el profesor de Antropología Social de la Universidad Complutense de Madrid Rafael Díaz Maderuelo, con motivo del centenario del pensador.

La antropología le llevó como profesor visitante a la universidad brasileña de São Paulo, de 1935 a 1939, estancia que le posibilitó llevar a cabo trabajos de campo en el estado amazónico de Mato Grosso y en la Amazonía, donde estudió a los bororo, los nambikwara y los tupi-kawahib.

"Estaba en un estado de excitación intelectual intensa. Sentía que revivía las aventuras de los primeros viajeros del siglo XVI. Por mi cuenta, descubría el Nuevo Mundo. Todo me parecía fabuloso, los paisajes, los animales, las plantas...", escribía Lévi-Strauss.

El creador de obras como El pensamiento salvaje o Mitologías, era hijo intelectual de Émile Durkheim y de Mauss, estaba interesado por la obra de Karl Marx, por el psicoanálisis de Sigmund Freud, la lingüística de Ferdinand Saussure y Roman Jakobson, el formalismo de Vladimir Propp y un largo etcétera, además de ser un apasionado de la música, la geología, la botánica y la astronomía.

Las aportaciones más decisivas de su trabajo se pueden resumir en tres grandes temas: la teoría de la alianza, los procesos mentales del conocimiento humano y la estructura de los mitos.

La teoría de la alianza defiende que el parentesco tiene más que ver con la alianza entre dos familias por matrimonio respectivo entre sus miembros que con la ascendencia de un antepasado común.

Para Lévi-Strauss, no existe una diferencia significativa entre el pensamiento primitivo y el civilizado pues la mente humana organiza el conocimiento en parejas binarias y opuestas que se organizan de acuerdo con la lógica y tanto el mito como la ciencia están estructurados por pares de opuestos relacionados lógicamente.

Comparten, por tanto, la misma estructura, sólo que aplicada a diferentes cosas, explicaba Díaz Maderuelo.

Respecto a los mitos, el intelectual sostiene desde la reflexión sobre el tabú del incesto, que el impulso sexual puede ser regulado gracias a la cultura porque el hombre piensa antes de tener relaciones, por lo que pierde su naturaleza animal y se convierte en un ser cultural.

La obra de Lévi-Strauss ha influenciado tanto a filósofos como Paul Michel Foucault o Louis Althusser, a psicoanalistas como Jacques Lacan a semiólogos como Roland Barthes o a lingüistas Émile Benveniste en la lingüística.

El 28 de noviembre de 2008, Lévi-Strauss fue homenajeado al cumplir sus cien años de vida, con exposiciones en el museo de las Primeras Artes de Asia, África, las Américas y Oceanía en el Qai Branly, en la Biblioteca Nacional de Francia y con la reedición de varios de sus libros.

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