El pintor Gabriele Amadori dibuja en directo el jazz de Chano Domínguez
La Universidad Carlos III acoge la 'perfomance', definida por sus autores como un "espectáculo musical de arte"
Ocho colores básicos. Con rojo, amarillo, azul o gris, entre otras tonalidades, se puede construir una 'imagen' para la música del pianista gaditano Chano Domínguez, de acuerdo con el pintor italiano Gabriele Amadori, que se presenta en directo con el músico español en el espectáculo Action Painting. Arabescos, que tendrá lugar desde hoy hasta el viernes en el Auditorio de la Universidad Carlos III (Campus de Leganés) y el próximo sábado en la Sala Principal del Teatro Real.
Con precios populares (de 5 a 10 euros), este "espectáculo musical de arte a ritmo de jazz" se configura de la siguiente manera: mientras Domínguez toca con su músicos (el batería Marc Miralta y el contrabajo Mario Rossy), Amadori responde a los estímulos sonoros en un gran lienzo blanco que sirve de escenario para el concierto. Y viceversa. El pianista también se deja influir por el trabajo del pintor, tanto que, según Domínguez, un 80% de su concierto será improvisado.
"Es como un círculo. La idea es hacer que el público no entienda quién está conduciendo", matizó el músico. El resultado es que cada concierto y cada cuadro son "distintos". "Uno nunca será igual al otro", declaró Amadori, quien destacó la "fantasía" de este espectáculo que aúna "la música, la pintura, la acción y el cuerpo".
Este tipo de performance es una novedad para Domínguez, pero no para Amadori. La presentación será la número 100 del pintor en ese formato, después de haber colaborado con músicos como Steffano Battaglia o Gaetano Liguori.
La action painting o pintura de acción, que inspiró el título del espectáculo, surgió en Estados Unidos sobre 1940 como una técnica dentro del movimiento expresionismo abstracto. El carácter predominante de la técnica es el gesto o el movimiento automático de pintar, que refleja cómo se siente el artista.
Amadori subraya precisamente la importancia del gesto en esta performance, puesto que acelera o reduce su velocidad de pintar de acuerdo con la música, además de mezclar los ocho colores básicos creando hasta 20 nuevas tonalidades para representar las distintas influencias de Domínguez. Entre ellas, el flamenco. "La emoción nos domina", dice el artista plástico.
El espectáculo tiene una duración aproximada de una hora y, a lo largo de ese tiempo, Amadori crea "muchos cuadros". "Si lo pintara de una vez tardaría sólo unos 10 minutos y puede que se transformara en una imagen borrosa. Me detengo en algunos momentos para esperar que la tinta se seque y eso crea distintos cuadros que van cambiando hasta el final", detalló el artista, quien asegura que no es "un espectáculo complejo" y que este tipo de presentación "agrada incluso a los niños y los jóvenes".
"Son dos disciplinas muy distintas. La música se difunde en un ambiente, pero no es corpórea, mientras que la pintura es material, con colores, pigmentos y gestos. No es siempre que esta relación funciona, pero en nuestro caso sí", comparó el pintor. "Cualquier expresión artística nos lleva al mismo sitio, que es contar cómo nos sentimos", concluyó Domínguez, quien confesó ser "un pintor frustrado".
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