Hoy empieza todo

Fotograma de la película 'A volar'.
Fotograma de la película 'A volar'.
Désirée Ortega Cerpa

13 de septiembre 2010 - 05:00

En un mundo globalizado, donde se pretende superar la velocidad de la luz, se ve pero no se mira, y menos aún se contempla. Por ello, como su nombre indica, Despacio, se recrea en constituirse en un retrato que convierte la descripción de la cotidianeidad de un día cualquiera, regocijándose en una pausada observación.

Con una fotografía bellísima, sin palabras que puedan distraer, no se termina, sin embargo, de captarse la finalidad última del documental. Se desprende, a pesar de todo, una intención de celebración de aquellos lugares donde el tiempo se detiene, con ese brusco final nocturno de fuegos artificiales que precede a un nuevo amanecer, como esperanza de que todo permanezca igual.

Por su parte, A volar, describe la odisea cotidiana de aquellos a los que insultamos llamando "discapacitados" y nos dan, en cambio, lecciones de vida. El trabajo entreteje, de manera equilibrada y con el ritmo adecuado, diversas historias relacionadas con la diversidad funcional y las reivindicaciones del movimiento de vida independiente, además de explicar apropiadamente las aplicaciones de la ley de dependencia o la eliminación de barreras arquitectónicas. Entrevistas, testimonios, imágenes del día a día, reflexiones, conclusiones y esperanzas, conforman un mosaico de personas de corte excepcional, tanto los protagonistas como sus allegados, familiares, amigos o cuidadores, que demuestran que en el día a día, el ser humano puede ser, si se lo propone, lo más extraordinario de la naturaleza.

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