Crónicas levantiscas
Juan M. Marqués Perales
Los que manejan el mundo
el palillero
Por poner un ejemplo no muy lejano. Escribí el 13 de junio de 2010 un Palillero titulado Ya se verá, donde decía: "Si el segundo puente está o no para el 2012 ya se verá. Si el tren de alta velocidad llega a Cádiz para el 2012 ya se verá. Si está a punto el castillo de San Sebastián ya se verá". Es más de lo mismo. Y el 24 de enero de 2011 escribí otro que se titulaba Un profeta para el 2012, donde proponía que nombraran patrono de este magno evento a Jeremías, el profeta de las lamentaciones, el mismo que decía: "Cuando paso por las calles se ríen y dicen: "Allá va el de las malas noticias (...). ¡Señor, me propongo decirles cosas amables y Tú en cambio pones en mis labios anuncios terroríficos!". El profeta era como las portadas del Diario.
Por eso, insisto en que lo del Bicentequé ya estaba escrito. Ese Jeremías fue de los primeros. Ahora estamos en la temporada de las excusas, que es cuando los héroes de antes pasan a ser villanos. Por ejemplo, la han tomado con Alberto Ramos, cuyo principal pecado ha sido poner más interés por el Bicentenario de lo conveniente. Si no se hace la gran exposición del Doce, ¿de quién es la culpa? Pues de Alberto Ramos. ¿Por qué? Pues por proponer una gran exposición en Cádiz. ¡Vaya ocurrencia! Mira que, siendo gaditano y gadita, no haberse enterado de que Cádiz es muy chico y aquí no cabe ná. Menos aún una gran exposición; si fuera mediana a lo mejor entraba.
El mejor símbolo del Bicentequé es el hotel de Valcárcel. Este camelo de gran hotel, que iba a ser de cinco estrellas gran lujo, apareció un día con un 99% de okupación, rekuperado y con unas pancartas muy bonitas. ¡Es como un hotel temático de indignados! Y ahí está. Puede que para la inauguración del Bicentequé siga okupado. Ya se sabe que Rubalcaba ve con buenos ojos este tipo de alojamientos.
Este Rubalcaba, ¿o era Rubalcara?, es el mismo que ahora se va, otro más, de esa comisión nacional del Bicentequé, que no sirve para nada. En fin, ya falta menos.
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