Gafas de cerca
Tacho Rufino
Un juego de suma fea
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SE hace casi imposible entrar en un foro de debate, escuchar una tertulia, leer un periódico o asistir a un coloquio sobre cualquier tema sin sufrir el mantra de la necesidad de que la sociedad civil se organice y que por fin se haga notar en la vida pública de España. Todos asienten graves y lloran la terrible falta. La sociedad civil, ese prerrequisito de la democracia que para Alain Touraine garantiza la legitimidad del Estado, es, según se nos dice en todas partes, casi inexistente en España y a ello se debería la debilidad y mala salud de nuestras instituciones y la voracidad incontrolable del poder político. El dictamen de los sabios es que los españoles somos gentes poco inclinadas a organizarnos y apoyarnos unos a otros como ciudadanos para actuar en el terreno de lo público y en pro del bien común.
Mi convicción es que los mismos que plañen desde todos los medios de comunicación por la ausencia de la sociedad civil, son los que la ignoran a conciencia cuando esta se expresa y, casualmente, su opinión no coincide con lo políticamente correcto, que es el único credo que hoy comparten casi todos ellos. Un ejemplo contundente es el clamoroso silencio con que se ha recibido el comunicado que en estos días ha emitido el Foro de la Familia a raíz de los datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística sobre el Movimiento Natural de la Población en 2011. Estos datos revelan una brutal caída del 5'7% de nuevos matrimonios respecto del año anterior, una tendencia nuevamente negativa de la tasa de natalidad y un aumento de los divorcios, cada vez más tempranos. Es decir, que la bomba de relojería instalada bajo la piel cada vez más envejecida de la sociedad española sigue aumentando su capacidad explosiva sin que nadie se decida a abordar la única cuestión que, de verdad, puede dejarnos sin futuro. ¿Y quién emite ese comunicado? Pues nada menos que el representante de unas cinco mil asociaciones que agrupan a cuatro millones de familias españolas, que eso es el Foro de la Familia. ¿Y qué vienen a decir estos señores, sociedad civil donde la haya, sobre asuntos tan de su competencia y de universal interés? Pues que se refuerce el matrimonio y el nuevo Gobierno tenga el valor de darle en las leyes la configuración que merece y la protección que necesita. Pero, horror, esto no es lo que predica el catecismo de género; en consecuencia, ¿qué han hecho los medios de comunicación? Lo que ustedes ya saben y seguir diciendo a lo Tartufo que en España no hay sociedad civil.
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