La esquina
José Aguilar
¿Tiene pruebas Aldama?
EN ROMÁN PALADINO
HA muerto hace pocos días un hombre bueno, honrado y cabal, excelente profesional, gestor empresarial íntegro y comprometido socialmente. Hablo de Cándido Velázquez-Gaztelu. Cándido era de familia con una casa solariega, con herrajes y piedras que aguantan el transcurrir de los siglos, de señorío tradicional, en el pueblo más bello de España y cabecera de los pueblos blancos de la Sierra de Cádiz, Arcos de la Frontera. Con ser un hombre que se merece, por su bondad y eficacia, estos comentarios personales en la presente columna, creo que es de justicia que lo recordemos en Cádiz, además, por sus actuaciones en relación con nuestra ciudad.
Dos realizaciones verdaderamente destacadas merecen no ser olvidadas de su paso por dos compañías estatales, luego privatizadas: Tabacalera y Telefónica. Fue presidente de ambas. Desde 1982 hasta 1989 en la primera y desde 1989 hasta 1996 en la segunda. Cándido desde Tabacalera acordó con el Ayuntamiento de Cádiz, presidido por Carlos Díaz, y con la colaboración de Juvencio Maeztu desde la Zona Franca, la construcción de la nueva fábrica de tabacos, con amplias capacidades y una modernización más que necesaria. Ello permitió a la ciudad de Cádiz convertir la antigua fábrica en el actual Palacio de Congresos, que ha cubierto tan favorablemente -como se ha visto esta semana- un segmento del moderno turismo de convenciones y reuniones. Los avatares de la fábrica de tabacos son otro triste cantar y su declive posterior es, sin duda alguna, una de las causas del desempleo que asola a nuestra ciudad.
Como presidente de Telefónica, Cándido, que aumentó su plantilla e internacionalizó la empresa, hizo la torre de telecomunicaciones con el nombre de Torre Tavira II, pero habitualmente conocida como "Pirulí". El delegado de Telefónica en la provincia era Paco Payán, que vio cumplido uno de sus sueños con esta realización brillante. Las comunicaciones telefónicas y demás transmisiones de datos se cortaban en Cádiz cuando por los trabajadores de astilleros de Puerto Real, o por otras circunstancias de accidentes, se seccionaban los cables que transportaban la señal. La construcción del "Pirulí" arregló para siempre el peligro de esa incomunicación.
No fue menor tampoco su empeño en dotar de un complejo sistema de transmisiones, a la altura de lo que exigía un evento que significó un antes y un después en el turismo gaditano, la Ryder Cup de San Roque, en el campo de Valderrama. Patrocinó la RevistAtlántica, presidió Autismo España y el Consejo Social de la UCA. Le hizo un retrato en el año 2000 Hernán Cortés. Su aspecto sereno es el reflejo de la calma interior de los que viven y actúan conforme a sus convicciones. Él era socialista. De los de verdad: sencillo, hombre de principios, honesto, contrario al nepotismo, trabajador eficaz, justo y tolerante.
Su primo José María lleva 28 años dirigiendo un programa de mucha calidad en Radio Nacional de España -Nuestro Flamenco- y seguramente cuando murió Cándido pensó -como todos los que lo conocimos- en aquellas estrofas: Yo sentí el crujío/ del cristalino fino que se rompe/ del calor al frío.
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