La esquina
José Aguilar
¿Tiene pruebas Aldama?
Libre Directo
EL próximo lunes hay pleno municipal. O algo así. Y da igual que lo haya o que no, pues está visto que carece del más mínimo interés para la ciudadanía. La máxima expresión de la democracia es aquí apenas un trámite rutinario, un ritual obligatorio al que sólo saca de su sopor algún escandalito ocasional. El eco de cada pleno suena a algo gastado, repetido, todo es un déjà vu.
En los plenos municipales está representado el pueblo gaditano, pero éste, lejos de allí, bosteza en medio de escombros de realidad. Adormecido por una política de cabaret, pues nada es lo que parece, no levanta la cabeza mirándose el ombligo en su casposo folklorismo neocarrancista.
Y así cada pleno municipal es un canto a la negación de la evidencia. Se niega la decadencia de una ciudad que se cae a pedazos, se niega la dramática pérdida de población y el envejecimiento de la que va quedando, se niega el desempleo y la emigración forzosa de nuestra mejor juventud, se niega el problemón de la vivienda y se niega el desastre imposible del comercio local.
Falsificando la verdad bajo un empedrado de fétidos intereses partidistas, de ignorancia y de fanatismo, aquí en Cádiz mandan las apariencias proclamadas a los cuatro vientos con megafonía de tómbola. Y toda crítica a esta verdad oficial es considerada perjudicial para el interés general, cuyo depositario en exclusiva es el gobierno local. Criticar su gestión es perjudicar a Cádiz.
Así que nada de censurar el espejismo de la industria naval y sus barcos fantasmas, nada de mirar la miseria de los repletos comedores sociales, nada de sugerir que la prioridad de las familias gaditanas ya no es la comida sino el pago de luz, agua y casa, nada de decir que ésta es una ciudad zombi, casi viva casi muerta, porque después de casi 20 años de gobierno local populista, la culpa siempre es de otros. O se aplica el consabido "Tú más". El tumasismo.
Ahora, el turbio caso del alumbrado público consiste para la alcaldesa en un asunto entre "una persona que trabajó aquí y otra que lo hacía en una empresa". Sí, el Ayuntamiento pasaba por allí.
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