Enrique / García / Máiquez /

Exactitud

De poco un todo

02 de noviembre 2014 - 01:00

VIENEN últimamente los periódicos con densidad de novela negra. Incluso con giros sorprendentes propios de un thriller, como en el caso de la supuesta cuenta en Suiza de Xavier Trias, alcalde de Barcelona. La reveló ElMundo y tal vez no exista. Es asunto importante desde todos los puntos de vista. El ambiente general de corrupción que nos rodea hace que cualquier noticia de cualquier político con millones escondidos salga a la calle con una previa presunción de credibilidad. Lo que ya da pie a inquietantes reflexiones. Ahora bien, si la noticia se demuestra falsa, por un efecto boomerang, la misma credibilidad que se daba la pierde el medio que publicó el fallido escándalo.

Encima, en este asunto ha cobrado protagonismo Fernández Díaz, ministro del Interior, al que Trias y algunos periodistas señalan como la fuente de la filtración. Esto sería muy grave. En mi opinión, Fernández Díaz, que se confiesa católico, tendría que haberse ido con Gallardón (o antes) cuando Rajoy se echó atrás de la reforma del aborto. Así, además de otras implicaciones más profundas, se habría ahorrado, de paso, este probable bochorno, que él niega y a ver en qué para.

El periodista Ernesto Ekaizer es uno de los que tiene clarísima la implicación de Fernández Díaz y asegura que éste "explicó que la información iba a misa y que procedía de Suiza". Desde luego, si se prueba que un ministro pasaba informes secretos (¡y los avalaba!) la cosa sería más gorda aún que la dudosa cuenta.

Yo me hago otra pregunta: ¿dijo literalmente Fernández Díaz que la información "iba a misa"? Resultaría muy chocante que un católico usase esa expresión y más tratando de filtraciones y dinero negro. Pero o lo dijo o Ekaizer lo ha inventado para delatar la condición religiosa del ministro del Interior. A uno de los dos se le fue la mano. O al ministro, aprovechando esa expresión para avalar sus manejos. O al periodista, al que se le habría ido la mano derecha en el estilo, porque un católico consciente no habla así, y la izquierda en lo deontológico, porque mixtificaría con intención caricaturesca. Cuando se da información, esos trucos están de más.

Es importante que se aclare este asunto, quiero decir, en sus líneas principales, como deseamos todos, pero también en esta cuestión, en apariencia secundaria. La verdad exige exactitud y en los pequeños detalles es donde la integridad, en el fondo, se demuestra.

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