En tránsito
Eduardo Jordá
Sobramos
Su propio afán
PARA acabar presumiendo de profeta, me viene de miedo la encuesta de Metroscopia para El País. Avisa de que, si las elecciones andaluzas se repitiesen, el gran perdedor sería el Partido Popular. Como aposté que Juanma Moreno acabaría abriendo la puerta del gobierno a Susana Díaz, esta presión demoscópica contribuye a que mi pronóstico salga bueno. Sin embargo, mi ambición no es el profetismo, sino analizar las cosas como son.
Y esos tantos por ciento de la encuesta tenemos que sopesarlos mucho. La apreciación general del cuerpo del electorado puede echarle la culpa al PP de que Susana Díaz no resulte investida, naturalmente. A bulto, el cuerpo del electorado está hecho a echarle la culpa al PP de casi todo: del cambio climático, de un atentado terrorista, del hundimiento del 'Prestige', etc. El PP, que tiene sus culpas, carga con todas como por castigo. Distinto sería medir qué piensan sus votantes de que el PP permitiese una nueva legislatura del PSOE-A y, todavía más, qué sentirían sus afiliados. Cabe que la encuesta recoja los votos que, de no ayudar a Susana, el PP perdería, contabilizando, más que nada, los que no tiene; pero que no cuente los que perdería entre los que sí tiene. Hay que reconocerle la honestidad a Metroscopia, porque en la letra pequeña nos cuenta, en efecto, que el 66% del electorado del PP vería fatal una abstención a favor de los socialistas. Ojo: el porcentaje más alto de votantes de cualquiera de los partidos en liza.
Hay que dar un paso más o dos si se quieren entender las implicaciones (conscientes o no) de la encuesta. Actúa como un recordatorio de la promesa de Rajoy de que, en el peor de los casos, el PP evitaría que se celebrasen nuevas elecciones. "Mira que, además, te conviene", vendría a decirle al oído Metroscopia.
El último paso es el sutil y, por tanto, el importante. Se trata de la batalla crucial en política: la de las palabras. Con el resultado de esa encuesta se viene a sugerir que, cuando el PP permita que Susana Díaz sea presidenta, será porque, si no, tiene mucho que perder. En realidad, si el PP le deja el paso expedito tras el 24 de mayo, será porque tenga mucho que ganar en los ayuntamientos donde sea la lista más votada sin mayoría. No perder o ganar, ésa es la cuestión. Parece poca cosa, pero ahí se juega Susana una última victoria mediática, a ella que tanta falta le hacen ahora, y sobre sus rivales de siempre.
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